«El tapón debe ser algo más que un simple cierre»
Diam Bouchage, empresa especializada en tapones de corcho tecnológicos, considera que su producto es una auténtica herramienta enológica al servicio del viticultor por eso, desde sus orígenes se centra en la innovación y la investigación, realizando importantes inversiones. Una apuesta que le ha llevado a contar con más de 10 patentes activas.
Los dos ejes prioritarios en los que trabaja el equipo de I+D de esta empresa francesa situada en los Pirineos orientales, son la transferencia de oxígeno y el desarrollo de tapones de origen biológico. Sobre todo, sus trabajos permiten seguir desarrollando diferentes permeabilidades, diferenciadas y controladas, para responder a las múltiples necesidades de sus clientes.
Los ejes principales de las investigaciones del equipo de I+D de Diam Bouchage son la transferencia de oxígeno y el desarrollo de tapones de origen biológico.
En 2018, el departamento de investigación y desarrollo con sede en Céret (Francia) creó un nuevo grupo de trabajo denominado grupo enológico. Para Christophe Loisel, director de I+D, el objetivo es doble: «Tenemos que seguir comprendiendo y cuantificando mejor los intercambios de oxígeno a través del taponado. Esto nos permite definir y explicar mejor el impacto de sus aportaciones en la evolución aromática de los vinos embotellados durante el envejecimiento, año tras año.»
En la actualidad, Diam Bouchage está realizando más de veinte trabajos de investigación en todo el mundo para comprender mejor las necesidades de oxígeno de los diferentes vinos, sobre todo en función de la variedad de la cepa, la madurez de la uva, o las dosis de SO2 que se añaden en el comienzo.
En 2019, los primeros resultados permitieron la publicación de 4 artículos científicos sobre el impacto del cierre en el envejecimiento de los vinos embotellados, en la revista francesa Revue des Œnologues.
«Gracias a nuestros cierres, en el futuro, los consumidores podrán encargar botellas de un mismo vino, para beberlo dentro de 3, 5, 10 o 30 años»
Para Bruno de Saizieu, director comercial, este solo es el principio de un avance importante en términos de taponado: «En el futuro, nuestros clientes embotellarán el mismo día un mismo vino con diferentes Diam en función del destino de la botella y de la evolución del vino prevista por su creador. ¡Los consumidores podrán encargar botellas de un mismo vino, para beberlo dentro de 3, 5, 10 o 30 años!».
Para lograr esto, la empresa trabaja en colaboración con las principales universidades: Geisenheim (Alemania), AWRI (Australia), Beijing Agriculture College (China), Universidad de Zaragoza (España), Université de Bourgogne (Francia), ISVV Bordeaux (Francia), IFV Centre du rosé (Francia), Agricultural University of Athens (Grecia), Universita di Napoli / di Verona (Italia), UC Davis (EE. UU.), etc. También está en contacto con Stelleboch University (Sudáfrica) para futuros proyectos.
Redacción La Gaceta del Vino
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