Biosoluciones para una intervención natural en el vino

Enolviz apuesta por las Biosoluciones para una intervención natural en el vino y de la mano de los mejores desarrolladores de cultivos alimentarios, como es el caso de Chr. Hansen. 

Mantener la consistencia en la calidad mientras se esfuerza constantemente por lograr mejores resultados es un desafío constante. Las biosoluciones le ayudan a superar ese desafío mejorando muchos de los números involucrados en los costes de la producción de vino. 

La fermentación maloláctica es un paso fundamental en la elaboración del vino. Al tomar el control de este importante proceso, puede ahorrar energía, mejorar la agilidad y optimizar el trabajo de su personal, todo esto mientras mantiene el sabor y la experiencia que sus clientes valoran. 

Reducción de tiempo de fermentación, reducción de costes  

Una bodega puede reducir potencialmente el tiempo de fermentación en 3 semanas con el cultivo Viniflora™ CH16, ahorrando en costes relacionados con la calefacción, la mano de obra y perdidas por baja calidad de la uva. Una bodega de gran tamaño puede reducir potencialmente el tiempo de fermentación en 2.5 semanas con el cultivo Viniscale™ ODIN, al tiempo que reduce el reprocesamiento, lo que da como resultado un menor volumen de producto de menor calidad con menor precio en el mercado. Es decir, aumentamos la calidad y el precio de nuestro vino. 

En Chr. Hansen, contamos con años de experiencia en biociencias han llevado a asociaciones clave en la industria del vino, que mejoran la sostenibilidad, aceleran la fermentación y garantizan una calidad constante. De hecho, es la marca pionera en ofrecer cultivos de levaduras para vino de inoculación directa, que ahorran tiempo y recursos a los enólogos. Al incorporar los cultivos adecuados en la elaboración del vino, se reduce el consumo de energía necesaria para ciertos procesos de producción y optimiza el uso de materias primas al reducir las pérdidas por baja calidad. 

La bioprotección con VINIFLORA® 

La mayoría de las veces, las prácticas de los elaboradores de vino optarían principalmente por el uso de altas dosis de sulfitos (dióxido de azufre, SO2) para prevenir la proliferación de microorganismos no deseables que provocan defectos organolépticos. Sin embargo, aunque los sulfitos pueden parecer interesantes por sus propiedades antioxidantes y antibacterianas, los consumidores que prefieren la ausencia de productos químicos desechan cada vez más el vino que contiene sulfitos. 

De hecho, los sulfitos también tienen efectos sobre la salud para aproximadamente un 10 % de los consumidores. Pese a que la mayoría de ellos sufren irritaciones leves, las personas con asma, entre otras, pueden padecer reacciones graves. 

Por lo tanto, con las levaduras y bacterias seleccionadas de la gama Viniflora®, se hace posible producir vinos con bajo o ningún contenido de SO2 sin poner en peligro la calidad, y con mucha menos acidez volátil no deseada. 

Viniflora® contribuye a impedir el crecimiento de la flora no deseada y protege el potencial organoléptico del vino durante su maduración. A los elaboradores de vino les resultará más fácil conseguir que su marca se asocie con una experiencia uniformemente agradable. 

Se trata de cultivos alimentarios naturales seleccionados especialmente para controlar los procesos fermentativos mientras se preserva el carácter de la variedad de la uva.  Los cultivos de levaduras y bacterias Viniflora® se basan en la selección de cepas naturales con propiedades únicas, tomadas de muestras de mosto, según la regulación de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).