El agostamiento en el viñedo, entrevista a Jesús Sesé (Enate, Somontano)

¿Qué ocurre en la vid cuando ya no tiene fruto?

Durante la fase de maduración, la mayoría de fotoasimilados (carbohidratos) producidos por las hojas son destinados a las bayas, haciendo que estas acumulen azúcar. Después de la vendimia, todos estos fotoasimilados que producen las hojas hasta su caída son acumulados en los brazos, el tronco y las raíces de la vid en forma de almidón. Esta acumulación de reservas recibe el nombre de agostamiento. Es una etapa clave, ya que todas estas reservas las utilizará la planta para soportar el frío invernal y para promover las primeras fases de desarrollo después de la brotación.

Un mal agostamiento puede tener consecuencias muy significativas en la brotación y el desarrollo de la vid al año siguiente. El síntoma principal que nos indica que se está realizando un buen agostamiento es la no caída de las hojas: cuanto más tarden en caerse, más fotoasimilados y, en consecuencia, más almidón se producirá.

¿Qué labores requieren las vides en ese momento?

Para favorecer un buen agostamiento es muy importante que las cepas no se encuentren en situación de estrés. Es por ello por lo que se realizan riegos postvendimia, si la pluviometría no es suficiente.

¿Cómo se preparan los viñedos para los fríos y heladas?

Con la llegada del otoño y las temperaturas más frías, la vid comienza a perder sus hojas. Las hojas contienen clorofila, que es esencial para la fotosíntesis, pero también son vulnerables a las bajas temperaturas. Al perder sus hojas, la vid conserva energía y se protege contra posibles daños causados por las heladas. La vid también se centra en el crecimiento y fortalecimiento de las raíces. Las raíces son vitales para absorber agua y nutrientes del suelo y proporcionar soporte estructural a la planta. A medida que las temperaturas bajan, la vid se adapta a las condiciones de frío a través de cambios bioquímicos y fisiológicos en las células para protegerse contra los daños por congelación.

¿Qué necesitan los suelos en otoño?

Basándonos en los análisis del suelo, aplicamos diferentes tipos de abonado para reponer los nutrientes que las vides han extraído durante la temporada de crecimiento. Los macronutrientes principales, nitrógeno, potasio y fósforo son esenciales para un óptimo desarrollo de las plantas. También aplicamos enmiendas orgánicas, en forma de compost o de estiércol bien descompuesto, para mejorar la estructura del suelo y proporcionar nutrientes esenciales a largo plazo.

Dependiendo del tipo de suelo y de las practicas específicas de manejo de cada viñedo, realizamos una labranza superficial para romper la capa superficial del suelo y mejorar la aireación o sembramos una cubierta vegetal para proteger el suelo contra la erosión y mejorar la biodiversidad del ecosistema.

¿El cambio climático está obligando a que se modifiquen, retrasen o adelanten alguna de estas labores?

En nuestro caso, poniendo como referencia las últimas campañas, observamos que el ciclo se ha adelantado entre 7 y 10 días respecto a la media de años anteriores. Este adelanto no afecta de forma significativa a la consecución de las tareas y labores mencionadas anteriormente. En ENATE somos muy conscientes de las posibles consecuencias del cambio climático, es por ello por lo que ponemos nuestro máximo empeño en adaptarnos a unas condiciones climáticas en constante evolución para seguir produciendo uvas de gran calidad y vinos excepcionales, que representen el maravillo terruño en el que nos encontramos, el Somontano.

Jesús Sesé es Técnico de Enología y Viticultura de Enate (D.O Somontano)