“Tío Pepe” inicia su vuelta al mundo a bordo del Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano

Hubo un tiempo en que las bodegas del Marco de Jerez, siguiendo una tradición centenaria, enviaban vinos a realizar navegaciones a través de los mares. En aquellos viajes ultramarinos, los llamados “viajes redondos”, los vinos eran sometidos al vaivén continuo de las olas del mar en unas especiales condiciones de temperatura y presión que incidían de forma muy favorable en su crianza y mejoraban notablemente sus características organolépticas. Aquellos vinos, conocidos como vinos “mareados” o de “ida y vuelta”, llegaban al alcanzar tan altos precios que incitaron a muchos bodegueros de la zona a seguir esta práctica que se mantuvo hasta caer en el olvido con la llegada de los barcos de vapor.

Con motivo de la conmemoración del V Centenario de la primera vuelta al mundo, González Byass, en colaboración con la Armada Española, ha recuperado aquella legendaria tradición con el embarque en el año 2018 de dos medias botas de “XC Palo Cortado” en el Buque Escuela Juan Sebastián Elcano para realizar una travesía alrededor del mundo. Dos años más tarde, la bodega jerezana enviaba de nuevo dos medias botas, en esta ocasión de su “Amontillado Viña AB Estrella de los Mares”, en un nuevo viaje de circunnavegación de la misma nave.

Continuando con su colaboración con la Armada, el pasado 12 de febrero González Byass cerraba los fastos conmemorativos de la primera vuelta al mundo con el embarque, de nuevo en el Juan Sebastián Elcano, de dos medias botas de “Tío Pepe”, su vino más emblemático, para realizar su “viaje redondo”, concluyendo de esta forma el homenaje de la bodega a aquellos navegantes comandados por Magallanes y Elcano que en el siglo XVI cambiaron el curso de la humanidad.

Tío Pepe “navegante”

El “Tío Pepe” que realizará el 94º crucero del barco más representativo y conocido de la Armada es un vino muy especial de la vendimia 2016 cuyas uvas procedían de los pagos de Macharnudo y Carrascal. Contenido en dos medias botas previamente envinadas. Durante su travesía por aguas del Atlántico y del Mediterráneo se espera que este vino vivo, de crianza biológica, habrá de experimentar una evolución noble y singular que marcará su carácter de “Tío Pepe navegante” con unos matices únicos que le aportará su “crianza sumergida” en el interior de sus vasijas.

Las condiciones de navegación y la ubicación del vino en la bodega del Buque Escuela, prácticamente al nivel del mar y con una temperatura que se mantendrá más o menos uniforme durante toda la travesía, harán que la levadura, muy sensible a los cambios bruscos de temperatura, sufra menos. Las dos medias botas embarcadas en el Juan Sebastián Elcano llevarán un vacío de 10 litros cada una de ellas, permitiendo que los vaivenes del barco hundan la flor y provoquen una mayor superficie de contacto y un metabolismo más intenso debido al oxígeno disuelto en el vino.

Redacción

Redacción La Gaceta del Vino