Cosecha 2012 ¿sabemos cómo es?

Ya están saliendo opiniones, muy autorizadas, acerca de la excelente calidad de la uva de 2012. Algunos matizan, con razón, que es sobre estado sanitario. Faltaría más, hay que ser un “figura” con el riego para cargarse la uva un año con una humedad

No es necesario esperar a los procesos de calificación ni a que se pronuncien los consejos reguladores, pero tampoco hay que precipitarse. El año es anómalo y es bueno esperar por prudencia y por credibilidad. Ojo no perdamos esta última que el mercado no está para jugar con ella. Me gusta el marketing, pero más la coherencia. No es posible que todos los años sean excelentes y menos que seamos capaces de saberlo tan pronto y todavía menos un año con una uva tan dispar.

Muchos años hemos contado lo buenos que eran por el diferencial térmico entre noche y día; eso este año no se ha dado, se ha pasado de calor-calor a fresco-fresco ¿este año no afecta a la calidad?

También hemos vendido las bondades de una maduración lenta ¿está siendo así esta año?, yo tengo la impresión contraria; hay secanos que no están -ni van a estar- y regadíos, o zonas más frescas, que se están quince días antes. En Rioja se llevan más de 100 millones de uva recogidos hacia el 25 de septiembre, en Mancha van a toda pastilla, en zonas más al Sur y Levante están acabando, para el Pilar no queda nadie en el campo. Y no se ha comenzado antes que el año pasado.

Parece que va a ser un año sin problemas de grado alcohólico, pero yo no aseguraría que haya equilibrio fenólico. Mucho color al bajar la cartola del remolque, pero ya no tanto al descube y ya veremos tras la maloláctica.

Hay que pensar cómo se elabora un año con antocianos altos, taninos bajos y además con pepita verde. Maceraciones ¿moderadas o enérgicas?, microoxigenación ¿sí o no? ¿dosis? ¿es bueno alargar el periodo antes de maloláctica para estabilizar el color? Con los pH’s de este año yo no estoy seguro. ¿Tendrá cuerpo suficiente para crianzas medias o largas?

En definitiva, un año de muchas preguntas y al que cada cual debe dar respuesta con su inteligencia y sus medios. Cierto que las ciencias adelantan que es una barbaridad, pero adelantarse a la ciencia puede ser otra barbaridad. En mi modesta opinión, y sin ánimo de sentar cátedra, creo que se puede asegurar que, si el tiempo aguanta y no cae el diluvio, vamos a tener una añada buena, sin complicaciones sanitarias, lo que ya es un logro.

Y asegurado esto, creo que hay que esperar a ir viendo vinos terminados para evaluar cómo ha sido su maduración aromática y, en tintos, la intensidad y estabilidad de color, acidez, cuerpo, etc. En ese momento se podrán calificar los vinos, comparar con otros años y hablar de calidad de una cosecha que va a ser cualquier cosa menos homogénea, y habrá que comunicar con honestidad lo que de positivo tenga la añada construyendo un relato coherente con el presente y con el pasado.

Ojo que, aunque andemos mal de memoria, la red lo guarda todo y dónde otros años se dijo blanco este no se puede decir negro y, por mucha ayuda que necesiten las ventas, si todos los años son excelentes vamos a perder credibilidad. Y eso cuesta años levantarlo.

P.S.: Tras escribir este artículo, ha caído en algunos sitios el diluvio. Hay que lamentar destrozos y desgracias, pero no perece que vayan a afectar negativamente a esta cosecha y puede ser bueno para la próxima.

Javier Escobar

javier.escobar@elcorreodelvino.com
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Javier Escobar de la Torre

Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.