Impresiones de vendimia
Estamos ya sumidos, en agosto, aunque parezca mentira, en plena vendimia en la práctica totalidad de las zonas de España. El adelanto se ha confirmado y generalizado en todos sitios. Incluso hay zonas que ya han terminado y otras están a punto de hacerlo.
Una vez que se han conocido los precios de la uva, que de momento permanecen estables y, la verdad, con poco nerviosismo por subirlos ya que los agricultores lo han aceptado relativamente bien. Los sindicatos, por su parte, han hecho las naturales protestas, pero, por decirlo de alguna manera, “con la boca chica”. Y, a no ser que en alguna población haya guerra de compradores, la uva no espero que sufra grandes movimientos en el precio, aunque tratándose de la vendimia todo esto hay que decirlo con mucha precaución. Es fácil equivocarse debido a la euforia que suele reinar y en un año corto, como este, hay quien se puede poner nervioso y comenzar a subir la uva por si le entra más. Como siempre digo, la uva es la misma, se pague más o menos.
La merma y calidad es otro de los temas candentes en el mercado. Merma hay, no cabe duda, algo más en tinto que en blanco. En regadío se cifra entre un 10% y un 25% con respecto al año pasado, según zonas, por lo que creo que un 15% de media es una cifra centrada. Ahora falta por saber lo que pueda ocurrir cuando la gente se meta en el secano, sobre todo en Mancha, Extremadura (donde ya están) y en Levante, zonas de más producción. Ha llovido algo, lo cual hará recuperar en parte ese 30% de merma que muchos anuncian como la media. La lluvia recuperará parte, y luego habrá que contar con los nuevos viñedos que entran en producción, que también compensarán en parte la reducción de cosecha. Si es así, podemos terminar con una merma que ronde el 15% de cosecha. Esta puede ser una cifra que se acerque a la realidad, aunque no la daría por cierta hasta que no vea la merma real que tiene el secano, por ejemplo, en la uva airén de Mancha, ya que creo que será decisivo a la hora de inclinar la balanza. Y esto lo sabremos a partir de la semana próxima, entonces daremos cifras que puedan ser más exactas.
En términos generales la vendimia, al entrar en bodega, está teniendo unas graduaciones dispersas pero altas, un rendimiento menor al normal y una calidad aceptable o buena, ya que la uva entra sana completamente y con una maduración correcta. Hablo, como podrán adivinar, de la uva de regadío. La uva de secano es todo lo contrario, grado, muy variable y con extremos de mucho o poco grado, rendimiento pésimo y una calidad que deja bastante que desear ya que la maduración no ha sido correcta por falta de humedad, la uva se ha quemado al sol por fuera, pero sigue dura por dentro y sin madurar como debía de haberlo hecho. Como resultado, tendremos vinos de una buena o muy buena calidad por un lado y vinos de no tanta por otro. Si sigue lloviendo, esto se va a ir paliando poco a poco a lo largo de la vendimia, por poder llegar a madurar un poco mejor la uva. También hay que resaltar la dificultad de elaboración para los enólogos: por un lado las altísimas temperaturas a las que se está elaborando, que dificulta el control; y por otro lado, quien pasa los mostos por frio y controla la temperatura en fermentación, el altísimo coste económico que supone mantener un mosto a 18 o 20 grados, cuando fuera hay cerca de 40.
Durante estas semanas les seguiremos informando de la marcha de las vendimias con una visión general de las zonas españolas.
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