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El vino y la mujer

El 8 marzo, 2017

Hoy, Día de la mujer trabajadora, quiero hacer un homenaje más que merecido a las mujeres de nuestro mundo: el mundo del vino.

Siempre he pensado que ojalá no se tuviera que celebrar este día, en el sentido de que nuestra sociedad ya hubiera logrado la igualdad.

Dicho esto, es de resaltar el cambio que ha sufrido el vino, positivamente, desde que hace pocos años, por desgracia muy pocos, la mujer comenzara a entrar en el mundo del vino. Entre las más destacadas tenemos a una gran mujer, que tanto ha hecho por el vino y por el binomio vino-mujer, como es María Isabel Mijares. Pionera que, con las consiguientes dificultades de cuando comenzó, supo posicionarse, no entre los primeros, sino la primera en impulsar el vino, en el mundo entero. Ella ha dado el primer paso, y tras ella, siguieron muchas otras.

Para que vean lo que han cambiado las cosas en tan poco tiempo, recuerdo cómo hace sólo quince o veinte años, entró una enóloga en la dirección técnica de una cooperativa. Hubo un gran revuelo ya que había quien se negaba rotundamente a que una mujer fuera la enóloga de la bodega. Lo que también me extrañó es que el presidente, una persona con carrera universitaria,

culta en teoría, era uno de los mayores opositores; se negaba a que ejerciera ese cargo, simplemente por el hecho de ser mujer.

Hoy, gracias a Dios, España está llena de excelentes enólogas que hacen grandes vinos. Nadie se preocupa, eso es lo bueno, de saber si quien hace el vino es hombre o mujer, simplemente se fijan en lo que hay que fijarse, el vino que hacen.

A nivel de empresas, todavía nos queda más recorrido por hacer. Si empezamos por cooperativas, son muy pocas las mujeres que hay en las juntas rectoras, menos aún las que ocupan puestos de dirección y responsabilidad. Esta es una asignatura pendiente que tiene el sector.

En la empresa privada pasa tres cuartos de lo mismo, pocas mujeres, aunque las hay y de importancia: nuestro vino más famoso y reconocido mundialmente, Vega Sicilia, en estos momentos está dirigido por una mujer.

Pero ya digo, nos queda mucho por hacer en este sentido, y seguro que mejorarían las cosas.

Sí hay un muy buen plantel de excelentes catadoras de vino, sumilleres y grandes prescriptoras que van por los concursos, presentaciones, etc., catando vinos y creando tendencia. Cosa que muchos, desde luego, agradecemos.

Otro punto a corregir es el uso de algunas denominaciones relacionadas con la mujer. La que más me revienta a mí es la de “pon un vino de mujer”, denominándolo así a vinos, o mostos parcialmente fermentados, con menos cuerpo, menor graduación, dulces, etc., que parece que son los más indicados para ser consumidos por mujeres. ¡Qué gran error!

Hay muchísimas mujeres que no consumen este tipo de vinos, o que, si lo hacen no es por ser mujer.

Ustedes hagan la prueba, yo lo he hecho, en un bar, si se pide un vino tinto y un vino de baja graduación, si hay mujeres, el vino de baja graduación siempre se lo pondrán a ellas, ¿por qué?

En fin, son cosas que debemos de ir cambiando entre todos. Este artículo quiere reconocer la figura de las mujeres dentro del mundo del vino. Aún, por desgracia, nos queda mucho por hacer, pero lo podemos conseguir entre todos. Al fin y al cabo, y aunque no deba ser así, la inmensa mayoría de los vinos que se compran en supermercados y grandes superficies los compra una mujer.