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Sostenibilidad, qué es

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En la variedad está el disgusto
En la variedad está el disgusto

En un par de foros en los que participé el pasado verano la palabra “Sostenible” apareció y me parece correcto, oportuno e inevitable. Incluso en España tenemos ¿o tuvimos? Una Ley de Economía Sostenible con 203 páginas, ¡ahí es nada!

A quien le apetezca que se la lea.

Como ocurre muchas veces las palabras se ponen de moda, se manosean y acaban perdiendo su sentido original. Así pues, recurriendo a la Real Academia Española de la Lengua, como es costumbre, leemos:

“Sostenibilidad”  aparece como “artículo nuevo” y es:

1.f Cualidad de sostenible.

Esto aclara pocas dudas, a pesar de ser nuevo.

Si buscamos “sostenible”, como avance de la vigésimo tercera edición, aparecen:

1. adj. Que se puede sostener. Opinión, situación sostenible.

2. adj. Especialmente en ecología y economía, que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente. Desarrollo, economía sostenible.

Lo que ya parece un poco más claro, conciso y actual.

En definitiva sostenibilidad implica:

  • Actividad económica. (Rentabilidad)
  • Explotación racional de los recursos naturales. (Estrategias a largo plazo)
  • Respeto al medio ambiente. (Sensibilidad ecológica)

Por tanto una vitivinicultura sostenible necesita ser rentable, por muy ecológica y natural que sea, si no se mantiene económicamente, no es sostenible. Como ocurre con algunas de las energías renovables, por muy renovables que sean, NO SON SOSTENIBLES ya que se les retribuye con unos precios subvencionados, fuera de mercado y cuándo la cosa pinta mal el “subvencionador” recula. Así que cuidado con la “subvencionitis”.

De la gestión de los agentes económicos, sociales, políticos, o sea  de los stakeholders, dependerá que esas tres “patas” estén en conflicto, estén en equilibrio o, mejor aún, generen sinergias. Y a esto último sería bueno aplicarse.

Para la OIV: La definición de vitivinicultura sostenible está formulada como sigue:

“Enfoque global de los sistemas de producción y transformación de las uvas, asociando a la vez la continuidad económica de las estructuras y de los territorios, la obtención de productos de calidad, la consideración de las exigencias de una viticultura de precisión, de los riesgos vinculados al medioambiente, a la seguridad de los productos y la salud de los consumidores, y la valoración de los aspectos patrimoniales, históricos, culturales, ecológicos y paisajísticos.

Es una definición larga, pero precisa y preciosa, ya que amplía el ámbito de la misma  relacionando  la vitivinicultura con la sostenibilidad de los territorios –si hay un negocio asociado a estos es el nuestro-, con la calidad de los productos obtenidos, con la seguridad alimentaria y con el patrimonio histórico y cultural que hemos heredado y debemos transmitir a las generaciones que vienen detrás.

Pocos productos de consumo pueden presumir de  raigambre y de relación con el entorno como el vino; además es un producto que puede servir de ejemplo como generador de sinergias entre economía y medio ambiente –en su sentido más amplio- que citaba más arriba. Desde el vino más sencillo y honesto al más sofisticado, todos están profundamente enraizados en los paisajes e historias de las zonas dónde son elaborados. El Instituto Francés de la Viña y El Vino (IFV) ha realizado un estudio comparativo de cómo se está gestionando la sostenibilidad en nuestro sector en diversos países, es interesante su lectura.

En estos momentos en los que la economía prima, ya que está muy malita, vemos cómo el sector se está orientando hacia la sostenibilidad obteniendo sinergias que ayudan a mayor eficiencia y reducción de costes. Valgan como ejemplos, Codorniú, Freixenet y Bodegas Regalía (ahora Marqués de Teran) de cambios en formatos de botella, prácticas vitícolas y aplicación de energías renovables –geotermia en este caso-, que demuestran que el respeto al medioambiente y la reducción de costes no son incompatibles. O sea que la sostenibilidad es posible.

 

 

 

Javier Escobar  
Químico Industrial y Enólogo
 

 

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