La colección Tío Pepe Finos Palmas cumple diez años

Una de las características del fino que le hacen único es que, gracias al sistema de soleras y criaderas, el vino que sale cada año tiene las mismas características y homogeneidad, al contrario que ocurre en la mayoría de los vinos en los que la añada cumple un papel importante.

Sin embargo, hace diez años, la bodega González Byass quiso dar un paso más y sacar unas botas excepcionales en su evolución, finura y fragancia para crear la colección Tío Pepe Finos Palmas y demostrar con ellos la evolución en el tiempo del Fino de Jerez más universal. No obstante, ya en el libro Jerez-Xerez-Sherry que sale con motivo del centenario de la bodega en 1935, Manuel María González-Gordon define que “las Palmas se aplican a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma y el número de palmas es proporcional a su grado de vejez”

Desde hace diez años, los Tío Pepe Finos Palma se clasifican en Una Palma, que se extrae de botas que tienen 6 años; Dos Palmas, proveniente de sacas de ocho años; Tres Palmas, de diez y Cuatro Palmas, en el que la edad del vino del que proviene cambia cada año.

Antonio Flores ha contado con la colaboración del sumiller Ferrán Centelles, para la elección del los Finos Palmas en su décimo aniversario.

Para la elección de los Finos Palmas que forman la edición del Décimo Aniversario, Antonio Flores ha contado con la colaboración del sumiller Ferrán Centelles. “Juntos gastamos mucha tiza y suela marcando las botas y recorriendo la bodega en busca de las sacas que tuvieran en su interior aquellos vinos que reflejaran el potencial de la crianza biológica, la vida de la flor en su máximo esplendor y cómo ese vino ha evolucionado en la bota”, comentó el enólogo de González Byass. “Catando los cuatro vinos que conforman la colección Tío Pepe Finos Palmas se puede disfrutar del segundo territorio más importante en la elaboración de un vino que es la bodega”, apuntó Silvia Flores, hija de Antonio.

Una Palma: “un fino con entidad”

Para Una palma se eligieron las tres botas de la Gran Bodega Tío Pepe donde el manto blanco de flor le otorga a este vino las características propias de la crianza biológica como es la viveza y aromas punzantes e intensos. “A pesar de sus seis años de añejamiento es un fino que ofrece todo su potencial, es un fino con entidad, sabroso, intenso y muy seco”, comentó Antonio Flores.

Dos Palmas: “un fino con gran complejidad”

El Dos Palmas sale de dos botas de 8 años de crianza que ofrecen un fino donde la flor sigue estando muy activa “pero, comparado con Una Palma, este ofrece una mayor complejidad. Es un vino que ha evolucionado en botella, cosa que solo pueden hacer los grandes vinos”, comenta Antonio Flores. “Proteger el velo de flor es el milagro del vino vivo y la más pura expresión de la viña y el Dos Palmas es el mejor ejemplo”, añade el enólogo.

Tres Palmas: “fino amontillado”

Para el Tres Palmas, Antonio y Ferrán Centelles seleccionaron una única bota de la que han salido 1.000 botellas y donde se nota que la flor ya ha empezado a debilitarse. “Es un fino amontillado que ha alcanzado el esplendor de la crianza biológica y empieza a decaer”, comenta Antonio Flores.

Cuatro Palmas: “amontillado viejísimo”

El Cuatro Palmas nace tras un envejecimiento de 53 años de una única bota. “Es un viejísimo Amontillado que denota perfectamente el paso del tiempo. Es un vino que nos habla de su vida, de su origen”, apunta el enólogo.

Con esta Colección, la bodega González Byass vuelve a cumplir su objetivo de “buscar algo diferente cada año y demostrar que además de la viña, la bodega y el envejecimiento en botella son claves para conseguir grandes vinos”, concluyó Antonio Flores.

María Orriols

Periodista especializada en temas de Estilo de Vida.