Volvemos a los graneles…
En la vida ya sabemos que las modas van y vienen. Lo que hoy se lleva mañana está desfasado, pero el mes que viene vuelve a estar en lo alto de la ola. Y ahora, mira por donde, parece ser que los vinos a granel, los graneles, se vuelven a poner de mo
Es cierto que quienes tenemos la suerte o el privilegio de poder catar los vinos directamente de la tinaja o del depósito, sin filtrajes y sin nada, lo que es granel en rama, puro y duro, sabemos que ese vino si lo pruebas una vez filtrado, pasado por embotelladora, embotellado… ya no es el mismo vino, es diferente, y habrá gustos para todos, pero ya no es el mismo vino, eso nadie lo puede poner en duda.
Hace ya tiempo, mucho por desgracia, que en los pueblos ya no se ve a la gente acudir a la bodega con su botella, de gaseosa en muchos caos, por el cierre hermético, o con la garrafa cuartilla, la media arroba o la arroba, se acudía a la bodega y allí, directamente de la tinaja, mediante una manguera, se llenaba el recipiente, normalmente se le ofrecía una “cata” al cliente, que sobre la marcha se la bebía, y había, en muchos casos, un rato de tertulia, alrededor de ese chato de vino. Siempre, para “el despacho” se escogía la mejor tinaja según criterio del mismo bodeguero. Se vendía un vino barato, puro totalmente y ese vino se ponía en cada mesa, cada comida… quizá al perder esta costumbre hayamos perdido parte de nuestros consumidores, tanto seguros como potenciales… Estos despachos existían también en las grandes ciudades, en las capitales, existían despachos de vinos a granel, donde se traía vino directamente de las bodegas y se servían a granel a todo el mundo, sin embargo estos ya habían pasado un proceso de filtración en la gran mayoría de los casos.
Esto, para bien o para mal, ha pasado a la historia, por higiene ¿? salubridad o lo que sea, el caso es que se prohibió… Y los graneles durmieron en el olvido, muchas veces denostados, despreciados y siempre infravalorados.
Hoy leo una noticia, que me inspira para escribir este artículo, donde dice que un par de enólogos ha abierto en la Gran Vía de Bilbao, un despacho de vino a granel, donde despachan vinos, varietales, recomiendan mezclas y explican los vinos, donde puedes ir con tu botella a que te la llenen del vino que te guste…
Esto me hace pensar que, quizá por la feria del vino a granel, la World Bulk Wine Exhibition, que indudablemente ha hecho mucho por los graneles, o por lo que sea, el caso es que grandes catadores de vinos, normalmente de embotellados, han probado los vinos a granel y venían de la feria sorprendidos, extasiados, admirados de la calidad media que tenían estos vinos, vinos cogidos de la tinaja, o del depósito, puestos en botella tal cuales y ofrecidos para su venta, siempre en cisternas, en camiones o contenedores, para su distribución al mundo entero. Vinos que terminarán en botellas, etiquetados y en la mesa de un restaurante, pero que antes fueron graneles… simple y complejamente, vinos a granel.
No sé si es la hora de reivindicar los vinos a granel, nosotros siempre lo hemos hecho, pero quizá haya que dar un paso más y mostrarlos, ofrecerlos de nuevo al consumidor, para que al menos sepa de donde proceden los vinos, cómo son y cómo se hacen. Sin querer menospreciar nada, pero está claro que hay vinos baratos de mesa, en envase de cartón o botella, que en calidad pueden dejar mucho que desear, mientras que ese mismo vino en rama, a granel, les aseguro que gustaría mucho más.
Recuerdo hace un par de meses una cata que di, en una cooperativa, entre los depósitos, y una vez catados los embotellados, se me ocurrió pedir que sacaran unas muestras de los depósitos que nos rodeaban, para hacer la cata del vino en rama a granel, vinos aún turbios por la cercanía de la vendimia, pero que les aseguro que no dejaron indiferentes a nadie de los que asistieron a la cata y, por su juventud, nunca habían probado el vino así…
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