Parece que estas utilizando un bloqueador de anuncios

Para poder mantener este portal de forma gratuita necesitamos la publicidad. Por favor desactivar el Adblocker para acceder al contenido

Inicio / Nuestras Firmas / Viajar alrededor de vinos, paisajes y culturas

Viajar alrededor de vinos, paisajes y culturas

/
/

El consumo oscilante de vino en España lleva aparejadas consecuencias negativas. Este fenómeno provoca situaciones adversas para viticultores, elaboradores y comercializadores, y para toda la pléyade de gentes ocupadas en oficios relacionados con el vino, como son los toneleros, los vidrieros, fabricantes de corchos, cápsulas, cierres y embalajes en general, los investigadores… hasta los hosteleros padecen esta mala situación. los vinos

Para que nos hagamos una pequeña idea del punto de partida, España es el tercer productor mundial de vinos y mostos, después de Italia y Francia, y es el primer país del mundo en superficie de viñedo plantada con 945.565 hectáreas. 6.000 millones de euros es la cantidad que genera el sector vitivinícola en España.

¿Poco? Puede parecerlo; en realidad solo es el 0,52 % del PIB (1.163.662 M€ en 2017). El sector cuenta con más de 4.133 bodegas que en su mayor parte son empresas muy pequeñas o cooperativas agrarias. El consumo desciende todos los años (está entre 14 y 18 litros por habitante y año, dependiendo de la institución que aporte los datos), aunque parece que ahora está parado este descenso. Las bodegas sobreviven con la exportación, pero hay que señalar que 79 bodegas exportan más de 5 millones de euros y 5 bodegas exportan más de 50 millones.

En estos pasados años, se han arrancado una cantidad muy importante de viñas en España. Según el Grupo de Investigación de Viticultura de la Universidad Politécnica de Madrid (CEIGRAM) «el descenso de la de la superficie de viñedo en España se produce a partir de 2008 debido a las subvenciones en el arranque del viñedo por la Organización Común del Mercado Vitivinícola. España representa el 43% de viñedo arrancado en la UE, aunque siga siendo el de mayor superficie plantada». Y este arranque es debido a los bajos rendimientos productivos y económicos que obtienen los viticultores.

La paradoja es que cada vez se consume vino de mayor calidad y precio, aunque sea menor la cantidad. Los criterios de protección y garantía avanzan y disponemos en España de 93 Denominaciones de Origen Protegidas (incluidas 19 Denominaciones de Vinos de Pago) y 47 Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP).

El panorama es poco positivo, pero lo que quiero fijarme ahora es en el debilitamiento de la cultura del vino. Un país mediterráneo como el nuestro, provocaba que muchas familias «vivieran» el vino como actividad principal y hace cincuenta años fueran mayoritarias en el panorama agrario. Eso comportaba herramientas, tradiciones, utensilios, parajes, toponimia, variedades de uva (algunas históricas), etc. que ha ido retrocediendo sin pausa. Muchos de nuestros hijos y nietos ya no viven esas experiencias, y desconocen lo que es un hocete, una desbrozadora, una despalilladora, una ensulfatadora, un fuelle de botero, y muchas más. vinos

Y no digamos sobre las variedades de uva, sobre todos las que en cada comarca son históricas. El paisaje cultural vitivinícola se ha debilitado para las nuevas 2 generaciones. A veces la toponimia hace referencia a estas costumbres, pero poca gente lo sabe explicar.

Pero no toda la esperanza está perdida. No todo es un desastre. El enoturismo, por ejemplo, está facilitando una difusión de ese conocimiento. Hay muchos viajeros interesados en el enoturismo (visitar bodegas, vivir experiencias vitivinícolas, etc.) y mucha gente interesada en el enoturismo urbano (ferias, tertulias del vino, catas, presentaciones, etc.). Más de 3 millones de personas. Hay que tener en cuenta el cambio cualitativo que se ha producido a finales de siglo XX: el vino ya no se toma mayoritariamente por necesidad, como aporte calórico necesario para el trabajo, sino por placer.

El fenómeno de las visitas está haciendo moverse a la gente por toda España… y por todo el mundo. Los afortunados con visitas a bodegas acuden a ellas con ganas, una suerte de viaje iniciático de bodega en bodega. La siembra ya comenzó a dar frutos en las dos últimas décadas.

El enoturismo «suaviza» el arranque, muchas facetas de la cultura del vino se mantienen para darlas a conocer al viajero.

Queda por hacer, hay tarea. Algunas bodegas ven el enoturismo como una suerte de “favor” a la gente; pero tienen que tratar y atraer a viajeros respetables, y los bodegueros si quieren ser tomados en serio, deberán pensar en sus necesidades como apertura en días de fiesta, explicaciones sobre la cultura del lugar, oferta de servicios complementarios, etc. los vinos

Poco a poco, pero sin pausa

  • Facebook
  • Twitter
  • Linkedin
  • Pinterest
  • Buffer

Suscribirse

Reciba nuestras noticias en su email

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La altura div se necesita para habilitar la barra lateral pegajosa
Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios :