Singularidad de la DO Cariñena gracias a la diversidad de suelos

Las primeras conclusiones que se extraen del proyecto “Caracterización de los potenciales vitícolas y enológicos de los terroir de la D.O.P. Cariñena”, dirigido por Laurent Duret, ingeniero agrónomo, enólogo y asesor en viticultura de la empresa Groupe ICV, son que la Denominación de Origen Protegida Cariñena destaca por su diversidad de terrenos y por el gran potencial que ofrecen sus variedades de uva más características como la cariñena, la garnacha tinta y la macabeo.

En este proyecto, que comenzó en 2017 y se desarrollará hasta 2022, en el que todas las bodegas han colaborado con el departamento técnico del Consejo Regulador y el Groupe ICV, se está llevando a cabo un análisis de los suelos y viñas de la DO Cariñena (o Vino de las Piedras, marca con que se conoce esta denominación). El objetivo es que las bodegas puedan sacar el máximo partido a las particularidades que ofrece la diversidad de terroirs de la denominación, con especial atención a la diferenciación que ofrecen sus variedades autóctonas, según el tipo de suelo, y así conseguir destacar y ganar mercado.

El análisis pretende identificar y caracterizar los diferentes terroirs y estudiar las posibilidades y tendencias que cada uno ofrece a distintas variedades de uva. Aunque hasta la finalización del proyecto no se podrán obtener datos concluyentes, Duret asegura que los resultados previos son “muy interesantes”, porque inciden en la personalidad y singularidad de los vinos de la Denominación, “y tener un producto original es un resultado muy importante”. Los primeros datos permiten hacer a las bodegas recomendaciones agronómicas para mejorar las cualidades y valor de su producción, aprovechando al máximo las condiciones de cada terroir.

Por ejemplo, tal y como explica el responsable del proyecto: “Los resultados indican que la uva macabeo funciona muy bien” pues en ciertos terroir del estudio está dando vinos muy aromáticos, incluso cítricos. Por su parte, la garnacha demuestra estar adaptada a todos los tipos de terreno, aunque destaca por producir vinos con perfiles diferentes en cada uno de ello. Mientras, la cariñena consigue vinos equilibrados, pero diferentes en terrenos de cascajo y de pizarras.

Desarrollo del proyecto

El primer paso del estudio fue dividir la zona según los seis grandes tipos de suelo con los que cuenta la denominación. Y para ahondar en la caracterización, cada año se está realizando un completo seguimiento del ciclo vegetativo de la vid en cien parcelas. Además, según indican desde el proyecto, sobre esta zonificación básica han creado lo que denominan una “red de referencia” de veinte parcelas, para estudiar de forma exhaustiva el desarrollo de las uvas más características de la zona como la garnacha tinta, la cariñena y la macabeo, para ver su comportamiento según el tipo de suelo.

También comienzan ahora con la presentación de resultados a través de catas experimentales: microvinificaciones, en las que muestras de 50 kilos de uva de cada parcela estudiada se traslada a la bodega experimental de Groupe ICV en Montpellier para caracterizar al máximo cada terroir.

Foto portada: Laurent Duret, durante los trabajos de campo.

Redacción

Redacción La Gaceta del Vino