La crisis, el enoturismo y nuestro sector
El precio de mercado de los vinos en origen ha caído y en la venta de vinos ha descendido el volumen, el precio y el margen económico.
Que el sector vitivinícola no escapa a la crisis económica está claro que es una realidad. La vitivinicultura de nuestra querida España sufre una gran crisis y la solución que han encontrado muchos de nuestros vitivinicultores es el arranque de sus viñedos a cambio de la ayuda correspondiente por parte de la Unión Europea. El precio de mercado de los vinos en origen ha caído a niveles de hace quince años y la venta de vinos, tanto en el mercado interior como en el mercado exterior ha descendido el volumen y, lo que es más grave, el precio, y como consecuencia el margen económico
En los últimos años, la oferta de vino embotellado en nuestro país se ha multiplicado de una manera enorme. Basta con visitar cualquier zona vitivinícola y se puede observar el gran número de nuevas bodegas que han surgido.
Todo esto ha llevado a una gran atomización de la oferta y prácticamente no existen marcas que tengan unas ventas superiores a un millón de cajas anuales.
El panorama existente no es muy alentador y surgen gran cantidad de dudas de la situación frente al futuro. Quizás lo más práctico es aplicar la máxima “sangre, sudor y lágrimas …..”, la cual podemos transformar en “trabajo, imaginación y esfuerzo ……”
No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que la solución a la crisis venga en forma de ayudas por parte de la Unión Europea o del Gobierno de España, sino que el sector debe de apostar por un modelo basado en la calidad y la competitividad. De esta solución se habla siempre, pero casi siempre se trata de un objetivo inalcanzable. Se dice coloquialmente que un sistema de calidad es “escribir lo que se hace” y “hacer lo que se escribe”, que parece lo mismo pero no lo es
La calidad de nuestros vinos debe ser cuidada, ya que en algunos casos está descendiendo, en gran medida debido a la política de rendimientos del viñedo y el grado de mecanización del mismo.
El punto de partida, por supuesto, debe ser la calidad, pero también hemos de aunar esfuerzos y saber medir los diferentes mercados de exportación y adaptarnos a los mismos.
Está muy bien potenciar las variedades: garnacha, tempranillo, verdejo, albariño…. y mantener las Denominaciones; sin embargo, es el momento de unir esfuerzos y potenciar la marca “Vinos de España” en los mercados de exportación. Marca que puede perfectamente convivir con los apellidos de las diferentes zonas de producción, sea o no Denominación de Origen. La guerra de guerrillas es un gran fracaso en el comercio internacional y todavía queda mucho por recorrer.
Hemos dicho que hemos de trabajar, dar rienda suelta a nuestra imaginación y esforzarnos mucho por dar a conocer nuestras iniciativas y nuestros vinos. Parece absurdo atomizar también estos esfuerzos, ya que lo único que conseguimos es que se diluyan
En este escenario de nuevas iniciativas aparece esta forma de turismo del cual se habla tanto en los últimos tiempos: el ENOTURISMO.
Hace apenas 10 años el concepto de enoturismo era muy poco conocido y, sin embargo, hoy en día es posible visitar bodegas en prácticamente todas las zonas y Denominaciones de Origen de nuestro país y son muchas las iniciativas creadas para el fomento del turismo enológico: Jornadas de puertas abiertas en bodegas, Fiestas del vino, Rutas enológicas, cursos de cata y otras muchas iniciativas han tomado forma, afortunadamente, en los últimos tiempos.
Hemos tomado la calidad como punto de partida, pero sin embargo, muchas veces nos centramos en la calidad de nuestros vinos, necesaria de forma indiscutible, pero nos olvidamos de esta calidad en los servicios que ofrecemos. No debemos olvidar que el enoturismo es una forma de comunicación, una estrategia de marketing del vino de la cual nos podemos aprovechar, pero para ello hemos de ser profesionales también en este ámbito.
Cuidemos nuestros vinos y cuidemos a nuestros enoturistas…
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email