Fenavin: Un claro ejemplo de feria pública y profesional

Analizar las causas por las que ha calado en el sector del vino podría ser objeto de una tesis doctoral…

El secretario general de la Federación Española del Vino (FEV), Pau Roca, se sinceraba recientemente en una entrevista publicada en la prensa castellano-manchega sobre lo que pensó cuando le dijeron que Ciudad Real estaba decidida a hacer, con apoyo público de la Diputación Provincial, la gran feria nacional del vino español. “Será una de las muchas ferias de pueblo que se hacen por toda España. Y, afortunadamente, me equivoqué”.

Como nos equivocamos muchos, yo diría que casi todos, los que llevamos tiempo hablando del vino y visitando ferias. Si Madrid, con iniciativa privada y apoyo público ha sido incapaz de poner en marcha una feria de referencia, por más que lo ha intentado; y Barcelona, con su Alimentaria, donde el vino vive desangelado a la buena de Dios en uno de los certámenes agroalimentarios más importantes del mundo, no ha conseguido poner una pica en Flandes; nada hacía presagiar que Ciudad Real, que partía de la nada, con una infraestructura hotelera escasa y un pabellón ferial de “escopeta y perro” iba a llevarse el gato al agua e iba a permitir que políticos y ciudadanos pensemos que la inversión en la Feria Nacional del Vino es la mejor que podría haberse hecho para la proyección empresarial, gastronómica y turística de esta provincia.

Analizar las causas por las que Fenavin ha calado en el sector del vino de forma global podría ser objeto de una tesis doctoral en el campo de la mercadotecnia, pero hay signos visibles que muestran que la Feria es una de las más importantes referencias internacionales del mundo del vino porque ofrece seriedad y negocio, las dos máximas que busca cualquier comprador. Y porque fue un acierto profesional poner al frente de ella a un hombre como Manuel Juliá, que ha demostrado ser un gestor como la copa de un pino ¡Qué suerte perder un político para ganar un director de esta talla!

Y hablando de políticos, no sería justo olvidar el papel desempeñado por Nemesio de Lara en su decidido apoyo a la feria. A veces, como decía nuestro añorado maestro Dulce Néstor Ramírez Morales, es importante crecer sabiendo que eras un niño que olía a mosto. Y el ex alcalde de La Solana, igual que muchos de nosotros, huele a mosto, afortunadamente, desde que vino al mundo.

La mejor muestra del éxito de Fenavin radica en las cifras previas a su inauguración el próximo día 5 de mayo. El número de bodegas, según datos de Manuel Juliá, crece un 25 por ciento respecto a la edición anterior y suben también los compradores españoles y extranjeros, todo ello en un contexto de crisis y con un recorte presupuestario en relación con la edición anterior.

Y es que, parafraseando al propio Juliá, ha funcionado la concepción de una feria de negocio por encima, que esa es siempre la tentación y más cuando los políticos trabajan en ella, de una feria de imagen. Y ha ocurrido como profetiza que “nosotros somos verdad, para otros queda la imagen sin fondo”.

Aunque la puesta en marcha de una Galería del Vino no es una idea original de la Feria, la apuesta realizada en Fenavin ha superado con creces las ofertas de otros eventos de este tipo, tanto en calidad como en cantidad. Y, sobre todo, en accesibilidad anónima a los compradores, que les permite catar sin la presión del comercial de la bodega y decantarse libremente por el vino o los vinos que desea adquirir.

Y los contactos de Fenavin en el extranjero van a propiciar la incidencia en mercados tradicionales como Alemania o Gran Bretaña, porque siguen siendo grandes exportadores; así como la apertura de algún mercado potencial como Rumanía, a destinos emergentes como China o India y a mercados exóticos como Líbano o Emiratos Árabes.

La Feria está sirviendo además para que Ciudad Real proyecte la imagen de una ciudad moderna y accesible y que aproveche la llegada masiva de visitantes para reforzar la oferta hotelera y profundizar en las riquezas gastronómica, patrimonial y paisajística con que cuenta la provincia.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV