¿Prescriptores o críticos de vinos? Jornada Diam (I)

Bajo el atractivo lema “¿Quién hará mañana la reputación de mi vino? Prescriptores del futuro y nuevos medios de comunicación”, la casa Diam organizó su jornada anual en Logroño que tiene la peculiaridad de, pese a estar enfocada a los enólogos, trat

Primero un inciso, los que tenemos cierta edad recordamos a Alfonso Sánchez mítico crítico de cine, con su particular voz gangosa, también recordamos a Vicente Zavala crítico taurino del ABC hasta su fallecimiento en accidente de aviación en Colombia y maestro en el género. Podríamos seguir con críticos literarios, musicales, teatrales, etc. Pero ninguno de ellos se autodenominaría a sí mismo “prescriptor”. Para la Real Academia Española de la Lengua prescribir es: preceptuar, ordenar, determinar, recetar; no es criticar, con razonamientos justificadas, un determinado hecho o evento en un medio de comunicación de acceso público. Por tanto un crítico puede aspirar a “influir” y, de hecho, los buenos influyen; pero “influenciador” no está en el diccionario, aunque sí el verbo influenciar, y suena horroroso, a billetes por debajo de la mesa. El anglicismo “influencer” parece más adecuado y viene a ser un crítico con capacidad de influir en la toma de decisiones de sus lectores, o seguidores en los medios 2.0. Otra reflexión: ni Sánchez era cineasta, ni Zavala torero.

Vamos al tajo, tras las obligadas intervenciones de representantes oficiales y de Pascal Popelier, Director de Marketing y Comercial para Francia y España de Diam; la primera ponencia corrió a cargo de Rodolfo Castro Galiana, director deCastro Galiana y Lucarno Consultores. Su ponencia “Evolución de los medios y su repercusión en la comunicación del vino” consistió en un repaso histórico sobre los medios de comunicación de masas, desde el inicio de la prensa escrita, hace unos 150 años, cuándo se dieron las condiciones necesarias (alfabetización, formación de grandes ciudades, ferrocarril, rotativas…) para su desarrollo, aunque se había inventado 350 años antes.

En los medios tradicionales debe haber una empresa informativa fuerte –hay que invertir mucho dinero para montar un periódico, una estación de radio o un canal de TV-, hace falta una audiencia muy alta –para amortizar-; los periodistas son los mediadores que ponen orden, jerarquía y selección; informarse cuesta esfuerzo, hay que leer y entender. Y con estos medios de masas llegó la crítica de consumo que era realizada por un experto.

En los nuevos medios se respeta, en opinión del ponente, el proceso de comunicación: publicidad, reportaje, publicity (publicación no pagada, como las notas de prensa). Pero presentan ciertas salvedades, como la función del periodista, ya que cualquiera puede serlo, o pretenderlo (esto es de mi cosecha), los costes son mucho más bajos y hacen falta ciertas habilidades. Lo que puntualizó es que, si ya fueron importantes la imprenta y luego la radio y la televisión, Internet va a tener mucho más impacto; cualquier empresa que no se adapte saldrá del mercado en el futuro. Los próximos clientes son adolescentes (nativos digitales), pegados al smart phone y eso hay que percibirlo ya.

A continuación presentó su informe sobre repercusión en prensa escrita de denominaciones, bodegas, marcas, rankings, etc., un pozo sin fondo e información con un nivel de detalle y de segmentación excepcional. Demasiado extenso para estas líneas. Acabó con unas recomendaciones sobre política de comunicación:

• Siempre adaptada a los objetivos de venta.
• Implicación de CEO’s.
• Plan estratégico de comunicación integrado en el de la compañía (Qué, cómo, cuándo, a quien, con qué frecuencia).
• Profesional de la información interno o externo que reporte al CEO.
• Y lo más destacable: construir tu propio relato, saber contar tu historia.

La jornada dio para más y seguiré en ello, la conjunción planetaria de dos perfiles tan diferentes como el “blogger” Jamie Goode y el “clásico” José Peñin no defraudó. Por último yo sólo tengo un prescriptor, va con bata blanca y con su receta me voy a la botica, no me gusta acudir a él; sin embargo, de manera voluntaria, sigo a gente que sabe mucho de cine, de novela o de toros, pero no me obligan a pasar por taquilla.

Javier Escobar

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Javier Escobar de la Torre

Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.