El consumo responsable de vino también puede ser delito
La DGT transgrede con su campaña los límites de la legislación y estigmatiza el consumo de vino en las comidas
“Lo que bebes en la comida, en el aperitivo, también puede ser delito. ¡Y cualquier día vas a acabar en la cárcel!”. ¿Lo han oído? Esta amenazante frase corresponde a la campaña publicitaria que actualmente realiza la Dirección General de Tráfico con el objetivo de prevenir los accidentes de tráfico relacionados con el consumo de bebidas alcohólicas.
Objetivo muy loable, para el que sin embargo se utiliza un argumento a todas luces desmesurado, redondeado con el siguiente despropósito: “Te tomas unas cañitas, tus vinos al mediodía… ¿a quién van a detener por eso? Pues a ti, ¿te enteras?”. Instintivamente he mirado por el retrovisor, pues iba conduciendo cuando he escuchado la cuña radiofónica. Por un instante me he sentido delincuente. Como habitualmente procuro hacer, había acompañado la comida con un par de copas de un excelente crianza Puerta Vieja 2005. Afortunadamente no me perseguía ningún coche de policía. Además, el temor era infundado: no había el más mínimo riesgo de que el vino tomado en la comida pudiera ser causa de delito alguno.
Una vez más, la Administración Pública maltrata y discrimina en sus campañas al vino, única bebida alcohólica que se menciona expresamente con su nombre en el anuncio. De poco ha servido el reconocimiento del vino en la Ley de la Viña y el Vino de 2003 como alimento ligado a la dieta mediterránea, con innumerables ventajas para la salud e íntimamente relacionado con la historia, la cultura y la economía de nuestro país. Es un reconocimiento legal del máximo rango que debería ser tenido en cuenta por cualquier normativa que pretenda salvaguardar nuestra salud, como lo es la regulación, sin duda necesaria, del consumo de bebidas alcohólicas y la conducción de automóviles.
Pero es obvio que la DGT transgrede con su campaña los límites de la legislación actual en la materia y estigmatiza el consumo de vino en las comidas, convirtiéndolo en un hecho delictivo. Este abusivo lenguaje publicitario es algo que clama contra la más elemental racionalidad y el derecho de las personas al consumo responsable de un producto saludable como el vino. El trato injusto a que se le somete en la campaña constituye además una grave amenaza para el conjunto de la vitivinicultura española, dada la gran trascendencia socioeconómica que la viña y el vino tienen en nuestro país.
Resulta por tanto inaceptable la demagógica argumentación empleada por la actual campaña publicitaria de la DGT e incomprensible por qué se criminaliza al vino cuando las pautas de consumo moderado dentro de una dieta equilibrada que se dan en el vino, pueden perfectamente servir de ejemplo frente a otros consumos inadecuados de alcohol. La información y la formación sobre la cultura del vino desembocan en una prevención natural que resulta la mejor forma de atajar el riesgo de abuso en el consumo. Esta es precisamente la línea de actuación que ha seguido Rioja en estos últimos años, apostando por la promoción del “consumo responsable” con diversas iniciativas. Igualmente, nos parecen magníficas otras iniciativas como las emprendidas desde la Comisión Europea que, frente al ineficaz prohibicionismo de algunas campañas antialcohólicas, fomenten el consumo responsable de un producto saludable como el vino.
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