“Material humano”

Los profesionales de la Comunicación en el Mundo del Vino están metidos en una espiral en la que se están primando últimamente los servicios externos, a pesar de que muchas de las grandes bodegas cuentan con responsables que velan por su imagen, aprovechándose de la inmediatez de las decisiones y de numerosísimas ventajas estratégicas.

Y muchos profesionales autónomos han sabido encontrar un importante nicho de mercado desde aspectos que, inicialmente, no parecen tan interesantes para ellos, como las funciones de “Community Manager”, pero que les han servido para ir sumando otros servicios como “videocatas” y menciones pactadas en redes sociales, al margen de un número cada vez más importante de eventos, siempre al amparo de su poder de rebote en el mundo virtual. Es curioso, pero muchas bodegas son conscientes de que hay que hacer algo en Internet, a pesar de que lo vean como un engorro y no con la suficiente entidad como para contratar a alguien “ex profeso”.

No obstante, me parece mucho más acertado el ejemplo de González Byass, que, a nivel interno, hace lo propio a través de Juanma Terceño, quien fideliza a numerosos distribuidores y restaurantes con presentaciones de vinos y maridajes “ad hoc”. Y esto no es incompatible con acciones conjuntas en las que tratemos de sumar la colaboración de un gran número de expertos, prescriptores y “bloggers”. Quienes colaboran para grandes firmas tienen un amplio abanico de marcas y de procedencias de vinos que sólo los muy avezados pueden identificar las sinergias que se establecen.

Hay un amplio ramillete de profesionales que se han ido creando un nombre en los últimos años y que supieron emprender un proyecto empresarial y recoger sus frutos. También han sabido jugar sus cartas y formar parte activa de asociaciones profesionales sectoriales de periodistas especializados, sumilleres, enólogos, etc. El problema es que, en la situación actual, a pesar de que les inunde el trabajo, en algunos casos, no quieren arriesgar contratando a trabajadores muy válidos que hay en el mercado, porque, a su vez, podrían convertirse en viveros de “especialistas”.

Luego están también las agencias de comunicación, que las hay muy buenas y que se favorecen de un servicio integral y de que hay muchos responsables de bodegas e instituciones que piensan que es mejor externalizar los servicios a firmas radicadas en capitales importantes, porque también hay mucho palurdeo en esto.

Y en esa espiral, las bodegas no se lanzan a campo abierto a contratar especialistas, lo que es algo así como el “uroboros” –la pescadilla que se muerde la cola- que decían los griegos, dejando en una carretera sin salida a un gran número de profesionales, entre los que me encuentro, que no desmerecen en muchísimos casos a los que tienen la suerte formar parte activa del mercado laboral.

Mientras tanto, las bodegas, en la mayoría de los casos, tan sólo quieren oír hablar de vender y cobrar, no prestándole a la Comunicación el interés que precisa. Claro que es mejor eso que no que estén enredando y te llamen para generar expectativas y que luego no hagan nada. Algo así como un evento al que asistí en septiembre pasado sobre los “Nuevos Yacimientos del Vino”, que no ha tenido continuidad y que creo que sólo sirvió para presentar un medio de comunicación digital en Castilla-La Mancha, a pesar de contar con gran respaldo institucional.

Desde luego, y volviendo al título de este artículo, considero que uno de los aspectos clave en las empresas ha de ser siempre el material humano. No tengáis duda…