Vallegarcía: El coronavirus se lleva también a Alfonso Cortina

Enamorado del vino. Empresario de dilatada trayectoria, generoso, sensible y luchador. En plena expansión de su negocio vitivinícola de Pago de Vallegarcía, recién estrenada su condición de flamante denominación de origen protegida desde el pasado mes de junio de 2019, el maldito coronavirus ha podido con la salud de Alfonso Cortina, que nos ha dejado en el hospital de Toledo, tras sentir los primeros síntomas de la enfermedad en su finca ubicada en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real), en pleno corazón del Parque Nacional de Cabañeros.

Casado con Miriam Lapique, Cortina había dejado atrás sus experiencias empresariales, primero en los bancos de Vizcaya e Hispano Americano, después en las constructoras Portland Valderrivas, Grucysa, Ferrovial y Colonial, además de la presidencia de Repsol-YPF que ostentó entre 1996 y 2004, para adentrarse en cuerpo y alma en el negocio del vino, junto a sus hijos Felipe y Carlos. El día 10 de marzo asistía en el legendario restaurante Zalacaín a una comida de la Real Academia de Gastronomía, a la que pertenecía desde hace años, junto a Carlos Falcó, recientemente desaparecido también.

Cortina construyó un modelo de château a la española en pleno corazón de Castilla-La Mancha con un viñedo que data de 1999 y una preciosa bodega que construyó en 2006. El viñedo crece en un privilegiado entorno de naturaleza que abarca 1.500 hectáreas, de las que 31 de ellas son viñedo con variedades foráneas: vognier, en blancas, y cabernet sauvignon, cabernet franc, petit verdot y syrah, en tintas.

Pago de Vallegarcía es una de las bodegas más modernas y vanguardistas de España. Elabora unos vinos excepcionales, en la mejor línea de los grandes bordeleses y cuenta con un parque de barricas, todas de roble francés, superior al millar. Se encuentra a 850 metros sobre el nivel del mar, en los Montes de Toledo, y goza de una pluviometría superior a los 620 litros de media anuales.

Sus vinos Miriade y Vallegarcía Viognier, ambos elaborados con la mítica uva blanca del Valle del Ródano; y sus tintos Vallegarcía Syrah, Hipperia, elaborado con cabernet sauvignon y cabernet franc, además de aportes de merlot y petit verdot, y Petit Hipperia, fruto del conjunto de uvas tintas de la finca, constituyen el grueso de los vinos de una gran bodega.

Descanse en paz.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV