Carlos Baute: “comiendo un cochinillo, no quiero agua”

El cantante venezolano reconoce que su “país no es de vinos”, pero después de tanto tiempo en España, sabe disfrutar de una buena copa, le encanta visitar bodegas y se atreve a hacer maridajes con algo tan de su tierra como son las arepas.

El clima tropical de Venezuela hace que la gente prefiera una cerveza “como decimos allí, vestida de blanco, que es cuando la botella está helada”, pero después de tanto tiempo en nuestro país, Carlos Baute se ha aficionado a tomar vino. Así nos lo contó durante la presentación de la Ruta de la Arepa en Madrid que, como él mismo dijo, “la arepa es la reina de la gastronomía venezolana y por eso quiero poner mi granito de arena en la promoción de una de las cosas buenas de mi país”. Y añadió: “Además, precisamente ahora por el éxodo venezolano está en un momento de expansión”.

Pregunta: A pesar de que tu país no es de vinos, ¿te gusta?

Respuesta: ¡Me encanta! No lo tomo a diario, pero sí los fines de semana y siempre que salimos a cenar. Intento introducir el vino cada vez más en mis comidas, por el día me cuesta más porque luego tengo que ir a trabajar, pero en las cenas entra muy bien. Mis suegros son de Letonia y son muy aficionados al vino, así que cada vez está más presente en nuestra casa.

«En los restaurantes me dejo guiar por las sugerencias del sumiller. Lo que sí te puedo decir es que soy muy carnívoro y comiendo un cochinillo no quiero agua.»

P: ¿Te atreves a maridarlo con arepas?

R: ¡Claro que sí! Ahora que las arepas se presentan con miles de rellenos diferentes, aquellas que tengan pescado con un vino blanco irán genial y las que contengan carnes más fuertes como cordero, con vino tinto.

P: ¿Tienes inquietud por conocer más cosas de vinos?

R: Sí, he hecho rutas por las bodegas de La Rioja, por Napa Valley en San Francisco y en Argentina. En estas zonas me alucinó la parte de los viñedos, por lo grandes que son. Creo recordar que solo uno era casi la extensión de toda la Rioja. Y me explicaron una idea que me gustó mucho y es que, al ser superficies tan grandes, lo que hacen es que alquilan parte de los viñedos a particulares para que puedan tener sus propios vinos y de cierta manera es como si parte de la bodega fuera tuya, lo cual es bonito.

P: ¿Qué tipo de vinos te gustan?

R: El vino blanco me gusta seco y soy un enamorado del cabernet sauvignon y del merlot.

P: ¿Hay algún maridaje que te haya sorprendido últimamente?

R: La verdad es que en los restaurantes me dejo guiar por las sugerencias del sumiller. Lo que sí te puedo decir es que soy muy carnívoro y comiendo un cochinillo no quiero agua.

“En Napa Valley estuvimos de luna de miel, compramos una botella cara y la guardé con un cartel en el que puse: ‘No beber, abrir en el 10 Aniversario’. Y resulta que, sin darse cuenta, la abrió mi suegra, así que nos lo tomamos antes de tiempo.”

P: ¿Recuerdas algún momento especial en torno a una copa de vino?

R: Cuando visitamos la bodega de Marqués de Riscal. Lo pasamos muy bien, nos enseñaron las primeras botellas y nos dieron un vino de más de 30 años, ¡fue brutal! Esa experiencia no tiene precio.

P: ¿Te has dado algún capricho vitivinícola?

R: En Napa Valley, fuimos de luna de miel y en una de las bodegas compramos una botella cara, de unos 180 dólares, y la guardé con un cartel en el que puse: “No beber, abrir en el 10 Aniversario”. Y resulta que, sin darse cuenta, la abrió mi suegra, así que nos lo tomamos antes de tiempo. ¡Era un vinazo! Incluso mi mujer, que estaba embarazada, se mojó los labios. Era un vino de cepa francesa, una cosa muy loca…

María Orriols

Periodista especializada en temas de Estilo de Vida.