Feria de Manzanares abre el debate a alternativas del sector vitivinícola

Manzanares va a debatir sobre vino en el seno de un evento que se extiende por más de 100.000 metros cuadrados.

El 50 Aniversario de la Feria del Campo de Manzanares (Ciudad Real) es un buen momento para abrir las puertas a un importante debate sobre las “Alternativas al futuro del sector vitivinícola”que, organizado por la empresa privada LIEC y la propia feria, intentará dar respuesta a los problemas e inquietudes que afectan a un sector económico vital para los intereses de España y, en este caso, de Castilla-La Mancha, comunidad autónoma que produce más del 50% del vino total a nivel nacional.

Manzanares va a debatir sobre vino en el seno de un evento que se extiende por más de 100.000 metros cuadrados, de los que 2.000 de ellos corresponden a dos pabellones cubiertos y que espera una afluencia superior a las 100.000 personas, con exposición de material por importe aproximado de 40 millones de euros y un volumen de negocio en torno a los 10 millones de euros.

Estos datos macroeconómicos llaman poderosamente la atención si tenemos en cuenta que el nacimiento de esta Feria se produce en 1960, año que coincide con la etapa tecnocrática del franquismo, en la que seis firmas locales dan un paso adelante para exhibir el cambio de un campo que empieza a cambiar la tracción animal por tractores, maquinarias y modernos sistemas de riego.

Medio siglo después, la industria agropecuaria ha experimentado cambios inimaginables y un sector como el vitivinícola, que es el que nos ocupa, ha vivido una revolución tal que ha llevado a España a situarse como segundo exportador mundial, tras superar a Francia, cuna mundial del vino.

Responsables de la enología, el sindicalismo, el cooperativismo, el periodismo, las alcoholeras y las empresas de zumos, con la participación del Consejero de Agricultura y Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, debatirán sobre las alternativas que el sector tiene para ser más competitivo.

El sector del vino en su conjunto se ha visto muy afectado por la grave crisis económica mundial que nos invade y que ha agravado su situación con las números obtenidos por la mayoría de las empresas y cooperativas españolas durante el año 2009 en el que se ha retrocedido, todavía más, en el consumo interno de vino, ya paupérrimo de por sí, y especialmente en las exportaciones donde España iba como una moto en la última década.

Aunque los primeros datos de 2010, concretamente los correspondientes al primer cuatrimestre, dan cierto pie al optimismo porque las ventas han crecido más de un 17%, con una caída del precio medio, eso sí, la situación continúa siendo compleja. Por un lado, muchas bodegas que habían encontrado su hueco y caminaban irremisiblemente hacia el umbral de la rentabilidad han visto truncada su carrera por el freno de las ventas, la bajada del precio medio al dar salida a sus stocks y el endurecimiento de las condiciones impuestas por los bancos para acceder al crédito.

Por otro lado, las cooperativas, que han hecho un importante esfuerzo de modernización, tanto en tecnología como en capital humano, han visto, en muchos casos, lastrado su futuro como consecuencia de sus dimensiones, ya que el mundo actual exige optimización de costes y uniones para lograr aumentar la comercialización con equipos comunes, que no se han logrado por múltiples factores no exentos, en algún caso, de personalismos.

Los vinos españoles tienen ante sí el difícil reto de adaptarse a las exigencias del consumidor, que en un 95% no bebe los vinos que les recomienda Robert Parker, porque no tienen dinero para ello, y porque además prefieren vinos frescos y frutales frente a las sobremaduraciones y exceso de madera que preconiza el gurú norteamericano, que 30 años después de visitarnos por primera vez ha descubierto que en este país existe una de las mejores redes de carreteras del mundo y un tren de alta velocidad que es envidiado por su excelso presidente Obama. Esperemos que se haya percatado de que también hay buen vino, no sólo en Burdeos y California como él cree, y que la mayoría de la población que bebe vino con asiduidad no comulga con su filosofía.

Buena prueba de ello es que las compras de vino a granel de los Estados Unidos aumentaron un 137% durante el pasado año y que el Reino Unido, donde el argumento medioambiental de reducir emisiones de CO₂ mediante el embotellado en destino ha calado hondo, ha incrementado sus compras de este tipo de vinos en un 17%, sin olvidar las compras de vino a la carta que salen embotelladas y etiquetadas de origen, pero que no son sino un vino a granel que ha obtenido una mayor consideración por su especial calidad.

Con todos estos mimbres, el debate de Manzanares del próximo sábado, día 17 de julio, se presenta más que interesante. Todos los ponentes tienen mucho que aportar porque de este foro deben salir ideas que influyan positivamente en el futuro de un sector al que tanto debemos y al que tenemos obligación de mimar por nuestro futuro y el de nuestros hijos a los que, ojalá, leguemos, una tierra llena de viñedos que, en muchos lugares de España, como La Mancha, es la única masa forestal de la que disponemos para poner freno a la desertización e impulsar la creación de riqueza.

Puede ver el programa AQUÍ.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV