¿Se recuperará el sector vitivinícola tras la vendimia de 2010?

La incertidumbre viene ahora si se confirma que 2010 traerá bajo el brazo un cosechón de aquí te espero.

Las últimas cifras de comercio exterior de los vinos españoles a mes de mayo, clasificadas y analizadas como es costumbre por el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), indican que las ventas en volumen continúan en una tónica parecida a la de los cuatro primeros meses, con una subida superior al 16%, mientras en valor recuperan un par de puntos, lo que mejora las expectativas tras el fiasco de 2009, un año, sin duda, para olvidar por parte de la mayoría del sector vitivinícola. Pero la incertidumbre viene ahora si se confirma que 2010 traerá bajo el brazo un cosechón de aquí te espero.

Políticos, dirigentes de cooperativas, enólogos, alcoholeros, elaboradores de mostros y zumos y periodistas debatían hace unos días, en el seno de la Feria del Campo de Manzanares (Ciudad Real), el futuro del sector vitivinícola y todos ellos hacían hincapié en cómo dar salida a una producción que podría superar los 40 millones de hectolitros, cuando aún nos lamemos las heridas de la última destilación que ha terminado por trasladar el problema de las bodegas a las alcoholeras.

Los asistentes al debate consideraban que el problema serio comenzará cuando las bodegas comiencen a llenarse y los mercados internacionales continúen con una competencia cada vez más feroz, que hará a muchos vender por debajo de coste para sacar vino o mosto de las sus instalaciones. La práctica totalidad de los técnicos consultados coinciden en señalar que la vendimia de 2010 será abundante en calidad y cantidad por lo que habrá que esperar lo que ocurre en el resto de países de la competencia, especialmente Italia, Francia, Australia o Chile.

Sí sabemos que la decisión de Australia de sacar al mercado vino barato a granel, que en otras circunstancias habría terminado embotellado en origen a precios bastante más elevados, continuará contaminando los mercados internacionales que tardarán, al menos, otros dos años en recobrar la normalidad, máxime después de saber que uno de los grandes competidores en el sector del vino de marca elevó sus ventas de granel durante el infausto 2009 nada más y nada menos que un 70%.

Australia que durante los últimos 15 años había apostado por una política de liberalismo a ultranza sin limitación de plantaciones ni de normas que no fueran aquellas que tienen que ver con la salud del consumidor, ha visto frenada su carrera y el arranque de viñedos se ha materializado y generalizado en los últimos meses. La crisis que nadie esperaba se ha llevado por delante el sueño de un país que había hecho del vino una de los emblemas más señalados de los productores del Nuevo Mundo.

Las primeras noticias que llegan de Italia hablan de una cosecha aproximada de 46 millones de hectolitros, que no es precisamente una cifra para asustar en el mayor productor del mundo, sin que las noticias de Francia sean todavía muy claras, aunque todo indica que aumentará la del año anterior, mientras Estados Unidos retrocederá un 6% en relación con la última campaña.

Con unos mercados internacionales que parecen haber recobrado las ganas por comprar más vino aunque a menor precio, la ecuación es saber qué pueden hacer los empresarios españoles en un mercado internacional difícil pero con ganas de comprar y hacia dónde se dirigen las nuevas exportaciones. Todo ello unido a la elaboración de vinos más frescos, frutales y baratos; a la puesta en marcha de zumos, que no mostos, de uva, incluso con variedades; a las nuevas prácticas enológicas tendentes a la desalcoholización total o parcial del vino y a la apertura de nuevos mercados, incluso de los países árabes con bebidas analcohólicas, pueden marcarnos el camino que vamos a seguir en unos meses que se presentan tan inciertos como apasionantes.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV