La solución: Italianizar España ¿Estamos seguros?

El director general del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Rafael del Rey, acaba de presentar un estudio en Ciudad Real, concretamente en las conferencias organizadas dentro de la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), en el que reivindica seguir el camino de Italia para obtener más valor añadido en nuestros vinos, ya que, a su juicio, la culpa es del granel. Por tanto, menos granel y a italianizar España.

Entre los datos esbozados por Del Rey, meticulosamente analizados, figura que el país transalpino ha sido capaz en los últimos 15 años de bajar sus ventas a granel en un 20% (concretamente cerca de 300 millones al pasar de 859 a 563 millones de hectolitros), incrementar sus ventas de envasado cerca de un 14% hasta acaparar el 59,7% de las ventas totales y el de subir sus exportaciones de espumosos casi el doble hasta casi el 12%. Su precio medio ha pasado en este tiempo de 1,45 a 2,50 euros y la facturación supone 5.111 millones de euros.

Por el contrario, España, según los datos del OEMV, ha incrementado sus ventas de granel un 8% en ese mismo periodo al pasar del 47% al 55% (con una cifra que ha pasado de 419 a 1.246 millones de litros). España, por el contrario, ha reducido su precio medio de venta de 1,41 a 1,17 euros. Su facturación asciende a 2.633 millones de euros.

Asimismo, resalta que el éxito de Italia está en haber reducido sus ventas a Francia, espacio que ha ocupado España, mantener las exportaciones, entre ellas las de granel, a Alemania e incrementar las ventas de envasado en Estados Unidos, Canadá, Suiza e, incluso, Francia.

El análisis del director del OEMV es hasta aquí impecable. Pero alguien dijo que la vida está llena de mentiras, grandes mentiras y estadísticas. Y es en estas últimas en las que hay que poner todo el acento. Si seguimos el ejemplo italiano, España debería tener como meta pasar en vinos envasados de 771 a 1.361 millones de litros (apenas 600 millones de litros más), de 160 a 269 millones de litros en espumoso (apenas cien  millones más de litros) y bajar el granel de 1.246 a 630 millones de litros (algo menos de la mitad).

Pero las estadísticas no dicen que antes España dedicaba buena parte de su producción a la destilación, con la elaboración de vinos de bajísima calidad que iban destinados a la quema con subvenciones pagadas por todos los consumidores, a un  precio irrisorio. Ahora esos vinos, van al mercado que ya se encarga de exigir calidad a los elaboradores.

Tampoco las estadísticas recogen que Italia cuenta con cientos de miles de restaurantes de comida típica del país repartidos por todo el mundo y que consumen vino de ese país, algo que no ocurre con los escasos restaurantes de cocina española, o que la colonia americana de Estados Unidos, mayor consumidor del mundo, tira de los vinos de su país de origen. Ni siquiera que Italia cuenta con una imagen vino-país que en España no existe, ya que Rioja se cree en posesión de la verdad y apuesta por su fondo de comercio; Cataluña is not Spain y el País Vasco, algo similar.

El problema no es el granel, pese a que lo repitan una y otra vez agentes del sector, sino el precio al que se vende. La diferencia hasta ahora es que mientras Italia vendía a España,  le compraban. La decisión de granel o envasado debe ser del elaborador en función de sus mercados y costes de producción ¿O es qué les va mal a Sudáfrica que vendió el 70% de su producción en este segmento o a Chile que se mueve por encima del 40% o a Nueva Zelanda que comercializó alrededor de un 30% a una media de 2,86 euros el litro? El problema es vender el granel a menos de 30 céntimos y el envasado a 0,70 euros. Ahí está el problema. Por cierto, este medio está muy ligado a la World Bulk Wine Exhibition de Ámsterdam, el encuentro mundial del vino a granel, pero también a Enofusión, el gran escaparate de los vinos de Madrid Fusión, un certamen lleno de glamour.

José Luis Murcia Periodista. Miembro de AEPEV-FIJEV. Artículos Relacionados

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV