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Las burbujas despegan a buen ritmo

El 18 febrero, 2015

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El consumo de vinos espumosos en el mundo se ha incrementado más de un 30% en diez años, según datos ofrecidos por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), con sede en París, que cifra en 17,6 millones de hectolitros la producción de 2013, que podría ser algo mayor, a tenor de los datos de comercio internacional, en el año que acaba de terminar.

Francia, gracias a su tradición del champán y de los crémants de varios lugares como Loira o Alsacia, alcanza ya el 20% de la producción con más de 3,5 millones de hectolitros de producción, ligeramente por delante de Italia que con 3,2 millones de hectolitros roza el 18% gracias a un incremento en el último decenio superior al 22%. En Alemania, donde los vinos efervescentes llegan al 31% de la producción total, representan el 15% de la producción mundial, mientras España y Rusia elaboran un 10% del total con aproximadamente 1,75 millones de hectolitros en cada caso.

Los datos de Rusia indican que su producción se ha doblado en diez años, en Australia el incremento ha sido del 29%, del 25% en los Estados Unidos, Argentina ha subido un 300% y Brasil ha rozado esas cifras con una subida del 250%, en un mercado cada vez más diversificado pese a la tradición de países como Francia, Italia, España o Alemania que aún copan el 63% del total.

Pero hay un indicativo más importante que son las exportaciones mundiales de estos vinos que crecieron en el interanual a septiembre de 2014 hasta cerca del 7% del volumen total de ventas con 6,93 millones de hectolitros frente a los 6,45 millones de idéntico periodo del año anterior, lo que supuso un incremento cercano al 7,5%. El valor del vino espumoso supuso el 18% de las ventas totales que ascendieron a 4.610 millones de euros, un 5,2% más que en el año anterior. El precio medio, por su parte, retrocedió ligeramente un 2% hasta los 6,65 euros el litro, según datos recogidos por el Observatorio Español del Mercado del Vino (www.oemv.es).

Las cifras a septiembre de 2014 indican que las ventas de Italia crecieron casi un 20% hasta situarse por encima de los 2,33 millones de hectolitros, gracias sobre todo al Prosecco, pero también al Moscato d´Asti por un importe de 820 millones de euros, que suponen un crecimiento cercano al 18,5% en valor con un precio medio de 3,51 euros, apenas un 1% menor que el pasado año.

La sorpresa la protagoniza España que adelanta a Francia con unas ventas de 1,71 millones de hectolitros, un 9% superior al interanual anterior, por un valor de 415 millones de euros, curiosamente un 7% menos, ya que el precio medio retrocedió un 15% desde los 2,85 a los 2,42 euros por litro.

Francia, con 1,63 millones de hectolitros, apenas un 2% superior al año anterior, facturó 2.584 millones de euros, casi un 6% más gracias a las ventas del champán con un precio medio de 15,86 euros, un 4% superior al interanual anterior.

Independientemente del análisis de precios que puedan hacerse, la realidad es que los espumosos comienzan a ser un capítulo importante en el mercado mundial que va más allá de la bien ganada fama del champán con la elaboración de excelentes cavas, proseccos, sekts, crémants (denominación utilizada en Luxemburgo que también elabora un importante porcentaje de efervescentes) o vinos espumosos sin más. Y una puerta abierta más a la diversificación de productos que ya está calando en algunas regiones españolas como Comunidad Valenciana, Extremadura o Castilla-La Mancha.