El consumo de vino en EEUU, “un fenómeno social imparable”

Todos los datos apuntan a este país como mayor consumidor de vino del mundo en breve. En la Boston Wine Expo vemos la cara y la cruz del fenómeno

Constantemente nos llegan noticias acerca del aumento del consumo de vino en EEUU y, de hecho, el mundo vitivinícola que hace muy pocos años sólo tenía ojos para China, parece estar cambiando su objetivo hacia este país.

Los estadounidenses gastan más en vino que cualquier otro país. El año pasado, la demanda por esta bebida alcanzó valores por US$ 22.000 millones.

Estudios compilados por Wine Market Council subrayan que el fenómeno del vino está expandiéndose a pasos agigantados en Estados Unidos.

El informe anual del Wine Market Council encontró indicadores positivos en casi todas las mediciones, pese a que hay señales recientes de un debilitamiento en la demanda, en particular en los vinos de gamas superiores.

El presidente del WMC, John Gillespie, proclamó que en 2007, la industria del vino alcanzó su “punto de inflexión”, y que se encuentra en un momento en el cual la moda del vino se ha extendido y es ya “un fenómeno social imparable”.

Esta observación se basa en ciertas mediciones: se estima que el consumo de vino en los Estados Unidos excedió los 300 millones de cajas por primera vez en ese año con un consumo per capita de más de 11,36 litros. “Hemos tenido 17 años de incremento paulatino del consumo per capita, sin embargo costó 20 años igualar el pico previo al que llegamos en 1982”.

Los estudios hallaron que las mujeres y los hombres se igualan en consumo por primera vez en los últimos años. Además, estos bebedores lo hacen más frecuentemente que antes (diaria o semanalmente).

A su vez los consumidores de vino en Estados Unidos son cada vez más jóvenes. Esto refleja los gustos de la generación "Millennial", que incluye a consumidores de vino de 21 a 31 (70 millones de personas). Se considera que si los adultos de esta generación adoptan al vino más que a la cerveza u otras bebidas espirituosas, representarían un mercado potencial futuro de grandes proporciones.

Una razón del aumento del consumo es que cada vez más personas piensan que el vino es ideal para ocasiones comunes como la cena de todos los días, y no solo para ocasiones especiales.

Boston Wine Expo

La semana pasada se celebró en Boston la feria Boston Wine Expo. En ella expusieron 440 bodegas de todo el mundo presentando más de 1.800 vinos diferentes. La representación española fue de cerca de 40 bodegas, alrededor de quince arropadas por el Instituto de Promoción Exterior de Castilla-La Mancha (IPEX) y el resto bodegas acogidas a la D.O. Navarra que acudieron con la Cámara de Comercio de Navarra. No había más Denominaciones de Origen españolas presentes (salvo alguna bodega de las anteriores que tienen filiales por nuestros territorios vitivinícolas).

La impresión general que obtuvimos fue moderadamente buena en lo que a la organización se refiere, pero en el aspecto profesional debemos decir que es una feria que cumple y punto, al menos en lo que se refiere al servicio al expositor. Las bodegas consultadas coincidieron en que su asistencia a esta feria no ha sido una buena acción a nivel empresarial y que, como mucho, les había servido para consolidar contactos anteriores. No son todas las opiniones desde luego, que las había buenas y muy buenas, pero sí es un sentir general.

La organización de la Boston Wine Expo concede muy poco tiempo para que el profesional que desea hacer negocio pueda hacerlo, de hecho de las seis horas de apertura diaria de la feria, las dos primeras horas estaban dedicadas a los visitantes profesionales (que los había, aunque no atosigaban) y las cuatro horas restantes para visitantes aficionados, y estos sí, acudieron en masa. En los días previos, la feria estimaba una afluencia de más de 10.000 visitantes no profesionales, y a juzgar por lo que allí vimos, estaban todos.

Un detalle que invita a la reflexión: los visitantes no profesionales pagaban 70 euros por entrar a la feria. ¿Se imaginan lo que sucedería si esto se hiciera en España? ¿Cuántos visitantes habría?.

Desde luego estamos totalmente de acuerdo con el señor Gillespie al referirse al consumo de vino en EEUU como “un fenómeno social imparable”, las conversaciones mantenidas con diversos consumidores así lo corroboraron. Lástima que la organización del evento, además de favorecer la difusión de la pluralidad mundial del vino entre los consumidores americanos, no haga un mayor esfuerzo en satisfacer la demanda de profesionalidad que los expositores esperan. Al final son ellos quienes sostienen su espectáculo.