“Catar, Catar y volver a Catar”: Bodegas Abadía Retuerta, en el 12º Encuentro Verema

El pasado día 23 de febrero, dentro del programa de catas especializadas paralelas del 12º Encuentro Verema, tuvo lugar la cata presentada con el nombre “Bodegas Abadía Retuerta. Evolución de los vinos del valle del Duero en los últimos 15 años. Influencia coyuntural, cultural y climática y su efecto sobre el grado alcohólico y la estructura de los

Comenzó explicándonos el enólogo de la Bodega Abadía de Retuerta Ángel Anocíbar, que el proyecto arranca en el año 1996, estando ubicados en la población de Sardón de Duero de la provincia de Valladolid, presidiendo la finca la Abadía premostratense del Siglo XII, estando casi en la frontera de la D.O. Ribera del Duero.

Tienen 210 ha con una producción de 4.000 kg/ha, es decir con unos rendimientos bajos, para conseguir que la uva llegue a tener una madurez, si las condiciones le acompañan. El viñedo se sitúa sobre un conjunto de laderas, a una altura de entre 750 y 800 metros de altitud, que bajan hasta el margen sur del rio Duero, logrando unas características de viticultura y calidad de uva.

Las variedades que utilizan son la Tempanillo, Syrah, Cabernet Sauvignon y algo de Merlot, que son las que mejor se adaptan a la zona. Las 54 parcelas que compone la finca, contiene una variabilidad de suelos, entre los que se encuentran aluviones, arcillas, margas, arenas y greda (compuesta de arena, arcilla y limo).

También se ha preocupado, con un simple laboratorio que tienen en la bodega, de investigar para que sus vinos tengan su propia tipicidad, sus propias levaduras y bacterias a nivel microbiológico.

Nos explica que vamos a poder comprobar, en las añadas de los vinos que vamos a catar, la influencia del tipo de suelo, clima, microclima y altura, con lo cual vamos a tener diferencias entre unas parcelas y otras, así como el factor humano de cómo se trata y cuida el viñedo, controlando que los rendimientos que sean más bajos, abonados equilibrados y seleccionando las parcelas, todo esto efectivamente se va notar.

Nos dice que gozan de un clima mediterráneo, pero con diferencias debido a la altitud, la pluviometría es de 400 l/año, siendo una zona pobre en lluvias, pero ellos miden por reservas en agua, los suelos con greda retienen el agua que luego la planta va a necesitar.

En la zona tienen una amplitud térmica alta, llegando a estar a un 1º grado de temperatura por la noche en agosto y durante el día se puede llegar a 32º, todo esto influye en que se crea un rocío durante la noche que dura hasta las 11 de la mañana, siendo un aporte de agua en ciertos momentos importante, que hace que la planta se recupere y equilibre.

Comenzamos catando el primer vino, dirigidos de la mano de Álvaro Pérez director de marketing de la Bodega, Selección Especial 2009, con 75% Tempranillo, 15% Cabernet Sauvignon y 10% de Syrah, envejecido durante 16 meses en barricas de roble francés y americano, con un color rojo picota y reflejos violáceos, nariz frutos rojos, mentolados y un fondo de cuero, en boca sabroso y buena acidez.

Seguimos con Selección Especial 1999, con 75% Tempranillo, 20% Cabernet Sauvignon y 5% de Merlot, con una crianza de 18 meses en barricas de roble francés y americano, color rojo granate con ribete teja, nariz con fruta negra en licor así como aromas a hojarasca, la boca con una acidez equilibrada y post-gusto largo.

Pasamos a Pago Negralada 2010, 100% Tempranillo, con crianza en barrica nueva de roble francés durante 16 meses, que termina de salir a mercado, con un color rojo picota y contorno violáceo, la nariz con frutos rojos un poco maduros, con un tanino equilibrado y elegante, así como su acidez.

Continuamos con Pago Negralada 1996, 100% Tempranillo, con crianza en barrica de roble francés durante 24 meses, color rojo granate y menisco teja, nariz con aromas a caja de puros y fruta negra licorosa, la boca sabrosa con taninos equilibrados.

A continuación catamos Pago Garduña 2010, 100% Syrah, crianza 18 meses en barrica nueva francesa, color rojo picota y ribete violáceo, nariz fruta roja, aromas a violetas, mineral, especias y mentolados, con una acidez un poco alta, astringencia medio alta y post-gusto largo.

Después catamos Pago Garduña 2004 en formato Magnum, 100% Syrah, 20 meses en barricas de roble francés, con un color rojo granate y reflejos teja, la nariz unos toques de aceituna negra, así como aromas a fruta negra en licor. En boca potente pero equilibrado y con buena acidez.

El siguiente vino fue Pago de Valdebellón 2009, 100% Cabernet Sauvignon, crianza durante 22 meses en barricas de roble nuevo francés, que se sitúa en la parte alta de la finca, que es una zona más cálida con una uva con buena madurez. Color rojo granate, la nariz con aromas fruta roja, mineral, balsámicos, lácteos y torrefactos, en boca buena acidez y larga persistencia.

Pasamos a Pago de Valdebellón 1999, en formato Magnum, 100% Cabernet Sauvignon, 24 meses en barricas de roble francés, con un color rojo granate y contorno teja, la nariz con aromas mentolados, balsámicos, pimienta verde, hojarasca, pan tostado y fruta en licor, la boca sutilmente picante, rugosa, astringencia medio alta y buena acidez.

Para finalizar nos quedaban dos vinos que eran, PV 2010, 100% Petit Verdot, con 18 meses en barrica, color rojo picota, nariz mentolados, torrefactos y chocolate y en boca un poco austero, tánico y buena acidez, con una permanencia en boca larga.

El último fue PV 2006, 100% Petit Verdot, 24 meses en barricas de roble francés. Color rojo picota, nariz aromas a chocolate, compota de fruta y torrefactos sutiles y la boca láctica, astringencia alta, para disfrutarlo comiendo.

Para finalizar que decir de la lección magistral que nos dio Ángel Anocíbar, impresionante y que he tenido que resumir brevemente por no alargarme demasiado, fue una cata para estar disfrutándola, con todo lo que nos explicó.

Miguel Ángel Martín

Director de Enocata.com