Una “hoja de ruta” para la cosecha 2013 (I)
Ahora que están de moda –por necesidad- los genéricos, no creo que nadie pueda dar una receta de cómo elaborar una cosecha y menos si viene, como parece esta, tan irregular. Aunque merece la pena echarle una pensada.
En cuanto al retraso, hay opiniones para todos los gustos, desde La Rioja Alta S.A. Julio Sáenz tranquiliza y aporta una tabla con las fechas de inicio de la vendimia en su grupo. Todos recordamos las vendimias “para El Pilar” de hace más de 20 años, pero yo no sé si por el “global warming”, o más bien por las reestructuraciones de viñedo, la viticultura riojana ha dado un cambio radical. Sólo hay que ver las estadísticas del Consejo Regulador y ver cómo han ido subiendo paulatinamente los rendimientos, a la vez que subían contenido en alcohol e Intensidad de color en los vinos. Paralelamente las fechas de vendimia, en general, se han ido adelantando. Que conste que la evolución paralela de rendimiento y calidad, como pauta general en la zona, es un mérito que ha contribuido a poner a Rioja dónde está.
Con estos antecedentes ahora hay que plantearse una –otra- cosecha atípica. El año pasado calor y sequía hicieron de las zonas más frescas y tardías las de de mejor calidad, este año puede ocurrir lo contrario. Esas zonas pueden sufrir para madurar y, si el otoño se tuerce, el tratar con anti botrytis implica 21 días de espera y más retraso en la maduración: primera duda. Las viñas está muy bien de parra –no se ve ni una hoja basal seca a estas alturas-, siguen vegetando y el pámpano no agosta, las pepitas no están lignificadas. Si a esto le añadimos la irregularidad en el cuajado que al final se tendrá también en la maduración, tenemos el escenario posible y habrá que ponerse en lo peor: la convivencia en tiempo y lugar de una que está madura con otra que no lo está. Así que habrá que establecer un plan, un itinerario o, como dicen los modernos, una “hoja de ruta” para paliar este problema.
La mejor solución, como siempre, está en el campo. Para viñas en zonas altas y con carga de uva elevada lo mejor sería el aclareo de racimos; en muchas zonas aún se está a tiempo. Si se tiran los más verdes, se favorecerá una maduración buena y regular. Esta medida no es muy “popular” en un país con tradición de rendimientos bajos, pero este año a algunas viñas les va al pelo. El problema es que si el tiempo no acompaña, la falta de estrés hídrico y las bajas temperaturas puede hacer que se tengan uvas como melocotones y eso tampoco es calidad: segunda duda. También, está escrito en otros artículos que se puede vendimiar en dos pasadas, pero no es operativo para grandes extensiones, ni económico para algunos viticultores si las bodegas no lo pagan. Más bien se queda reducido a cosecheros, vendimias familiares y vinos de gama alta que pueden soportar el coste.
Detrás del campo está la bodega, la primera posibilidad es la de separar en mesa de selección mandando los racimos más verdes a rosado o a una vía de elaboración más tecnológica y con una “hoja de ruta” enológica diferente. Tampoco está tan generalizado el uso de la mesa de selección para grandes producciones, aunque hay algunos intentos de automatizar el proceso mediante sistemas ópticos que permitan separar uvas alteradas o verdes, además de cuerpos extraños, en la uva despalillada. El sistema Delta Vistalys de Vaslin Bucher, o este nuevo desarrollo alemán del Instituto Fraunhofer de Óptica Electrónica (IOSB) de Karlsruhe están en esa vía. Esta técnica parece que tiene un futuro muy interesante ya que estandariza el nivel calidad deseado, evita errores humanos –es muy cansado estar toda una jornada de pié viendo pasar uvas- y se podrán desarrollar modelos para grandes producciones y vendimia mecánica despalillada.
El tema da para más y seguiremos en ello.
 |
Químico Industrial y Enólogo
|
Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.
También te puede interesar
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email