Una década de vinos y rosas
Tomemos ese vino, con lentitud, con delicadeza y dejemos que aflore el amor y la paz. Feliz década 2010-2020.
Parece que fue ayer cuando se hablaba del efecto 2000; más que una década han sido 20 años: los de antes y después del año 2000. Valga como ejemplo este extracto de un documento periodístico visto en internet:
“La penúltima Nochevieja del milenio (pese a las prisas por celebrar la última, que realmente será la del año 2000) está acelerando las ventas, pese a que rara vez queda algo en los almacenes de las bodegas riojanas sin vender”.
En España, en Europa, en el mundo, estos últimos 20 años se ha vivido una época clara de pujanza en el sector vitivinícola, con unas calidades que sin lugar a dudas mejoran las de cualquier época histórica. Ni que decir tiene que no existen otros productos alimenticios que perduren en el tiempo como el vino, por lo que podemos compararlo tomando medidas centenarias, ¿hay quien dé más?
Estos últimos 20 años son históricos, más que nunca por la producción, por el desarrollo educacional en países no tradicionales en el consumo del vino, por la mejora en los procesos de la vinificación, por los conocimientos científicos aportados por universidades y empresas privadas a los miles de elementos que componen el vino hasta llegar a dar esa diversidad que también es diversa. Hay muchos vinos y muy distintos y se han creado bodegas de una calidad en su arquitectura que en muchos casos ha superado al nivel de las iglesias realizadas en esta época que, dicho sea de paso, ha sido casi nula.
Todo el anterior párrafo sería para escribir un libro denso y complejo, pero obviamente no se trata de definir en este artículo cada una de las áreas señaladas y ampliar otras que quedan en el tintero, sino de realizar algunos apuntes para aquellos que creemos que las cosas han sido sencillamente históricas y que así lo debemos contemplar. Hemos vivido una década de desarrollo y prospección, de talento, de imaginación, de movimiento de dinero, de mucho dinero.
Y ahora nos viene el 2010 y nos hace reparar en que ya ha pasado una década, y nos coincide con una crisis internacional, nacional y del propio sector, todas juntitas una encima de otra, lo que obliga a que los que tenemos ámbitos de responsabilidad debamos pensar qué nos deparará el futuro, en todos sus ámbitos. Desde luego las cosas están difíciles, pero siempre lo han estado, en el sector del vino, unos mejor que otros en ocasiones y en otras ocasiones los otros mejor que los primeros, pero siempre hay cambios. Siempre hay decepciones y alegrías a la vez, la vida misma y así nos lo tenemos que tomar.
El sector del vino debe vivir unos cambios profundos en algunos de sus aspectos, por ejemplo, para todos es preferible que la superficie viñedo se mantenga, pero habrá que ver cómo se puede hacer esto. Unas ayudas al centro sur de España para mantenimiento del viñedo de secano sería una repuesta maravillosa, ya que ahora no se ha hecho en muchos de los casos hacer explotaciones que esquilman un bien escaso como es el agua, a la vez tendríamos unas uvas de excelente calidad. Políticos varios, apuesten por aquí.
Las Cooperativas también deben sufrir una de las mayores transformaciones desde el inicio de las mismas, hace unos 50 años de media (tampoco es tanto tiempo, es hora de un cambio estructural) y dependiendo de la zona de donde se sitúe. Por ejemplo en Castilla-La Mancha, las bodegas de menos de 20 millones deberían agruparse y crearse centros de comercialización internacional de vinos de granel de calidad.
Respecto a las bodegas montadas en los últimos 20 años, unas van a desaparecer, otras se van a transformar, otras serán absorbidas, otras se juntarán…, habrá de todo, en la iniciativa privada de una ceniza salen brotes verdes, esto en el vino ha pasado muchas veces. Lo que está claro es que aquellos que la idearon desde la perspectiva del lujo y por una cuestión de imagen y no como proyecto empresarial, verán agotarse su fuente de ingresos y verán su idea convertirse en historia del sector vinícola.
Luego están las bodegas empresariales, con una dirección clara, éstas son las que deben superar el envite. Bodegas profesionales con trayectoria, con ideas e ímpetu, a las que los estamentos financieros y políticos deben ayudar para solucionar los problemas de circulante. Estas son las bodegas que jugarán un papel relevante en el futuro, importantes para la continuidad del sector, al igual que las bodegas cooperativas que han encontrado su nicho de trabajo y que realizan su actividad como una empresa privada más, que al final y al cabo es lo que son.
Debemos desarrollar un plan imaginativo de consumo de vino, sin que nos de vergüenza, luchando contra aquello que impide su consumo; buscando los hábitos adecuados y enfatizando cuáles son los momentos de degustarlo, que los hay; luchar contra los enemigos, que no hay enemigo imbatible. Personalmente, opino que contamos con un gran enemigo en la televisión e internet, esto puede parecer un absurdo, pero su mal uso está originando una sociedad virtual de individuos en soledad. Como todo en la vida es un péndulo, demostremos a la sociedad la necesidad de retomar el contacto con los nuestros, con la gente. Por ejemplo, con tu mujer, después del duro trabajo y del necesario gimnasio o similares, no hay nada como tomarse un vino, con lentitud, con delicadeza y seguro que así aflorará el amor y la paz, de la cual también estamos muy necesitados. Feliz década 2010-2020.
CEO Grupo Pomona Keepers S.L. , ex-Presidente Unión Internacional de Enólogos.
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