Terroir de Hong Kong
Cierto día de trabajo, en un descanso, un compañero enólogo portugués me habló de una bodega urbana en Hong Kong. El concepto radica en que compran uva de diferentes lugares del mundo, al vendimiar las uvas, directamente las congelan y las mandan a un contenedor refrigerado.
En cuanto la logística lo permite, transportan en barco las uvas congeladas al puerto de Hong Kong. Muy cerquita, en una zona industrial, se encuentra la bodega encorsetada en un edificio. Allí es donde hacen la vinificación.
La idea me atrajo tanto que, ya que tenía que hacer una visita de una semana de negocios en la isla asiática, aproveché para acercarme a conocerles. Unas semanas después de escuchar la historia de esa bodega, me dirigí allí para comprobarla in situ.
Después de casi una hora y media de metros, esperas y autobuses, por fin llegué a la zona en cuestión. Se trata de una zona industrial cercana a un puerto. Nada comparado al romántico viñedo de Saint-Émillion en Francia. Esto era una zona dura, basta y casi peligrosa. No me hubiese extrañado haber visto en alguna esquina a Jackie Chan peleándose a patadas voladoras con Chuck Norris. Pero no, he de decir que es una zona segura. Todo Hong Kong lo es.
Una vez llegué al edificio, pregunté en recepción y me dirigieron a la tercera planta. Y allí me encontré con lo que podría ser una bodega de garaje. Algo no muy grande, con su sala de vinificación, y otra más mona de barricas. La limpieza era mi gran preocupación. Soy bastante maniático de la higiene y el orden en bodega. Por sorpresa, y en contraposición al exterior que justo acababa de ver, la bodega no estaba mal. No relucía, pero era aceptable. No había olores extraños, ni nada alarmante fuera de lugar.
Para aquellos curiosos de este concepto, os digo que la bodega se llama 8th Estate. La web es fácil de encontrar y existen más referencias en cualquier buscador digital.
En cuanto a sus vinos, pues dependían de su origen, y la añada. Algunos mediocres, pero otros muy sorprendentes. Yo me decanté por comprar un vino de uvas procedentes de Washington. En mi cata personal aparecía una marcada barrica, y un vino estructurado, no muy ácido que se hacía fácil de beber para gente no especializada. En mi caso lo bebí con mi grupo de socias chinas, y a quienes agradó. Tal vez por orgullo patrio. Pero les agradó.
Arturo Blasco
Enólogo.
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Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
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