Rioja apuesta por sus vinos blancos ante la demanda del mercado internacional
La Denominación de Origen elaboradora de tintos por excelencia en España retoma su tradición de elaboración de vinos blancos, ante la demanda del mercado internacional y las nuevas tendencias de consumo.
Desde el Consejo Regulador, afirman que “Rioja es tierra de tintos, y el color blanco nunca va a ser el protagonista», peroquieren que destaquen dentro de la DO, para completar su porfolio. «Es una apuesta de valor por las variedades atóctonas”, como aseguran, aunque también haya autorizadas variedades foráneas. Retoman, por tanto, su tradición elaboradora de vinos blancos, que se ha visto eclipsada por la producción de tintos.
Los vinos blancos de Rioja se clasifican según su composición varietal y envejecimiento: blancos jóvenes, blancos de variedades autóctonas (monovarietales o complementarias), blancos de variedades internacionales (complementarias), blancos fermentados en barrica, blancos criados en barrica con largo envejecimiento y blancos semidulces.
Las variedades blancas aceptadas históricamente, desde la creación de la Denominación en 1925, eran: viura, garnacha blanca y malvasía de Rioja. A partir del 2008, se incorporaron tres variedades blancas autóctonas: maturana blanca, la variedad más antigua de la que se tiene conocimiento escrito en Rioja -1622-; tempranillo blanco, fruto de una mutación espontánea y un proceso de investigación; y turruntés. También se sumaron tres variedades foráneas: chardonnay, sauvignon blanc y verdejo. Aunque por normativa, las variedades no autóctonas no pueden ser predominantes en el producto final.
La aceptación de un abanico mayor de variedades deriva de la necesidad de satisfacer los gustos y demandas del mercado actual, iniciado con el Plan Estratégico 2005-2020. Pero el proceso de incorporación a la producción de 1.500 hectáreas con variedades blancas ha sido lento. Hasta la pasada cosecha 2015 la D.O Ca. Rioja tenía 4.004 hectáreas de uva blanca en producción, en su mayoría de la variedad viura (85%).
Es ahora, años después de la aplicación del plan estratégico cuando se han empezado a ver los primeros frutos. Tras una primera fase de innovación, actualización de equipos y perfeccionamiento de los procesos para poder elaborar vinos blancos de calidad, el objetivo es seguir desarrollando el proyecto para poder destacar las características propias de los vinos blancos producidos en Rioja. Hasta el momento “sólo se han podido generar expectativas, porque no había viñedo suficiente para atender la demanda internacional”, comentan desde el Consejo Regulador, pero consideran que ahora es el momento justo para ofrecer vinos blancos de calidad. Son «jóvenes» en esto de hacer blancos, como ellos mismo afirman, pero una vez se desarrolle la inercia y los nuevos viñedos adquiera años, la personalidad distintiva destacará.
A través de una cata en la que se han seleccionado los cinco mejores vinos de cada categoría que se pueden encontrar actualmente en el mercado, la DOCa Rioja ha querido destacar la realidad actual de sus vinos blancos. “Ahora es el momento de ver qué destaca en Rioja en lo que a blancos se refiere, frente a otras zonas productoras de blanco”, explican. Aunque tal vez sean necesarios más años y más elaboraciones para que los perfiles de las variedades autóctonas menos conocidas puedan ser claramente identificados por los consumidores, y así destacar con más fuerza frente al resto de referencias del mercado, con la personalidad distintiva que buscan.
Periodista especializada en el sector del vino.
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