Nos vamos de feria

Una de las citas marcadas en rojo para cualquier bodega de cierta magnitud, ALIMENTARIA, se está celebrando estos días en Barcelona, un evento que se desarrolla anualmente y en el que se aplican numerosas acciones de marketing y, en especial, de relaciones públicas.
Sin duda, una feria como la que se desarrolla en el espacio INTERVIN es el marco ideal para lucir un espectacular stand, presentar los nuevos diseños de algunos de las marcas, los nuevos catálogos, el “restyling” de nuestra imagen corporativa o cualquier otra novedad. Aunque este arduo trabajo, que se plasma en sólo unos días, se prolonga en ocasiones durante más de un año, sobre todo si queremos reservar un único hotel para una expedición muy numerosa.
La preparación de muestras de marcas exclusivas para clientes, acciones alternativas como maridajes o tapas, concursos sobre vino, sorteos, atenciones con los principales clientes y distribuidores, reuniones improvisadas con centrales de compras o con los responsables de las principales cadenas de alimentación… En sólo unos minutos nos jugamos mucho y todo eso pasa por no dejar nada al arbitrio de la casualidad y por contar con los mejores profesionales. Esos que sabrán seleccionar de entre la multitud a aquellos “influencers” que pueden hacer que por un momento rompamos una reunión de nuestro CEO o que tengamos que entretenerlos momentáneamente mientras que contactamos con la persona más adecuada para atenderlos, al margen de que se asegure que todos los vinos están ordenados y a la temperatura adecuada para que se sometan a examen en cualquier momento.
Como responsable máximo en la organización de ferias comerciales de una de las principales bodegas españolas, me he enfrentado a multitud de anécdotas, aunque, sin duda, requieren un trabajo institucional y de relaciones públicas labrado durante años. Justo cuando Félix Solís Avantis lanzó su marca de bodegas en el norte de España Pagos del Rey, en esa edición de Alimentaria, los escoltas y los guías caninos de S.A.R. el Príncipe de Asturias pasaron por el stand –horas antes de la inauguración oficial- para preguntarnos si teníamos algún regalo preparado para el Príncipe Felipe, para que ellos le pusieran la pegatina identificativa, único elemento que garantiza realmente que ese presente llegue finalmente a su destinatario. En ese momento, preparamos un Mágnum de Pagos del Rey y nos preparamos para inmortalizar el momento, no sin antes llevarnos multitud de empujones por parte de los escoltas. Menos mal que alguna foto salió bien para que fuéramos portada en diferentes medios.
Sin duda, es el espacio en el que se mueven como pez en el agua los relaciones públicas, porque están en su salsa, porque son trabajadores con un perfil concreto y con unas habilidades sociales muy marcadas, muy empáticos y extrovertidos, aunque para sólo cuatro días lleven trabajando durante meses y se hayan empapado del diseño del stand y hayan supervisado su construcción, teniendo que estar en Barcelona cerca de diez días en algunos casos. En mi caso, llegamos a tener un stand de 300 metros cuadrados, con la reproducción de la Sede Social de Viña Albali y llegamos a tener hasta vehículos rotulados en su interior como parte del mobiliario urbano. Incluso tuvimos que alquilar un ciclomotor y trasladarlo desde el centro de Barcelona hasta Gran Vía diluviando…
Al margen de todo el trabajo en la feria, por la noche muchas bodegas suelen aprovechar para hacer piña entre propiedad, ejecutivos y el resto del personal o para cenar con los principales clientes, lo que hace que las jornadas de feria se prolonguen bastante y que haya que dosificar las fuerzas, porque al día siguiente empieza de nuevo todo, con la mirada atenta de nuestro Presidente y con el panorama abierto para que todo pueda ocurrir.
Al final, en las ferias se trabaja mucho –nunca se os ocurra estrenar zapatos porque la moqueta hace que nos ardan los pies-, pero también se dan algunas de las mejores vivencias de tu vida profesional, tanto como que 2014 es el único año en el que no he asistido a Alimentaria desde 2006 y lo echo de menos.
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José Luis Martínez Díaz
Licenciado en CC. de la Información, miembro de la AEPEV y de la FIJEV.
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