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Llegar al gusto a través del olfato

El 8 octubre, 2014

Vinos del Bierzo: calidad y diversidad

Una de las normas a la hora de catar un vino es no llevar colonia. Sobre todo, en ciertos casos, que no la lleve la persona de al lado. La fragancia en cuestión puede alejarnos del vino, pero hay ocasiones, como en la propuesta por Vinhoy en Millesime, donde precisamente el perfume será quien nos haga llegar al vino.

Estos días se celebra la VIII edición de Millesime Madrid, la cita con la gastronomía más exclusiva. Dentro de las actividades propuestas se sitúa el taller “Los perfumes del vino”, una actividad propuesta por Vinhoy, con la colaboración de BVLGARI, donde acercarse al vino a través del perfume.

Vinhoy es una plataforma creada para generar formatos creativos que impulsen nuevas líneas de comunicación en el sector del vino, a través de multitud de disciplinas. En esta ocasión, a través de la perfumería. El taller propuesto se divide en dos fases. En la primera, María Vélez, perfumista, nos presenta diferentes universos olfativos con materias primas que los representan para que escojamos el que más se acerca a nuestro gusto. Una vez identificado ese universo, nos recomienda qué perfume se asemejaría más a esos aromas que acabamos de percibir. Ya en una segunda fase, Yolanda Bravo, enóloga, nos indica qué vino tiene más similitudes con nuestro perfil, en función de ese perfume que va más con la gama de aromas que hemos escogido.

Una manera diferente de acercarse al mundo del vino. A través de las esencias, partiendo de la base de que cada una de ellas expresa un sentimiento diferente y con la intención de orientar para conocer mundos que tal vez nos resulten tan difíciles de entender sin un correcto asesoramiento. “Cada persona necesita, en función de cómo es, una fragancia diferente y por eso elige unas y no otras, y por tanto también le gustará un tipo de vino u otro, dependiendo de esas preferencias. A veces sólo es necesario cierta orientación”, afirma Yolanda.

Por tanto, para cada persona habrá un perfume, pero también un vino.

Aunque en todo este proceso hay una pequeña trampa, o más bien, una diferenciación que tal vez nos aleje de ese perfume o vino ideal. En esta ocasión se diferenciaba entre perfumes de mujer y de hombre. Clasificación interiorizada y aceptada por todos en este universo de aromas. Para ellas: el universo de las vainillas y maderas con flores de loto; los aromas frutales y cítrico con las granadas; y los aromas orientales o especiados con tuberosas de la india. Para ellos: las vainillas y tostados con ron añejo; los cítricos y mentolados con cardamomo; y las especias con benjuí.

Al hacer el taller, como mujer, entre los aromas que me correspondían escogí las granadas, tal vez por tener el aroma menos intenso y pentrante, por lo que mi perfume ideal sería BVLGARI Omnia Coral, lo cual, más tarde, me llevaría al vino RODA I, un tempranillo 100% de La Rioja.

Tanto el perfume como el vino me agradaron, pero la curiosidad me llevó a realizar la prueba con los universos olfativos masculinos. Para mi sorpresa, mucho más agradables, sutiles, perfumes menos penetrantes. Una buena forma de descubrir, por otro lado, la razón de no haber usado colonia durante estos años: mi perfil olfativo estaba entre el benjui y el cardamomo, justo al otro lado, según supe al terminar este pequeño taller.

Era cierto, por tanto, aquello de que para cada persona (sin mirar género) había un perfume. “Por ello se inventó la colonia unisex, no a todas las mujeres les gustan las fragancias etiquetadas como ‘femeninas’”, me confesaron.

Una lección que deberíamos aplicar al universo de los vinos donde, incluso a día de hoy, muchos (comerciales) se empeñan en encasquetar a los paladares femeninos esos vinos más dulces, ‘fáciles’ y frescos. Visto está que ni olfato ni gusto depende de ser hombre o mujer.

Perfumes y vinos puede que no estén tan lejos pues, sin la debida formación o asesoramiento podemos sentirnos tan abrumados al entrar en una vinoteca para saber qué vino escoger, como saturadas se pueden sentir nuestras pituitarias al intentar discernir nuestro perfume ideal con la decena de muestras que nos ofrecen al entrar en una perfumería. O peor, salir con un vino o perfume impuesto por nuestro perfil externo. Unir campos que parecen antagónicos es una buena idea para vencer así los obstáculos que nos alejan de disfrutar de los sentidos, por pura ignorancia o encasillamiento.