Parece que estas utilizando un bloqueador de anuncios

Para poder mantener este portal de forma gratuita necesitamos la publicidad. Por favor desactivar el Adblocker para acceder al contenido

Inicio / Nuestras Firmas / Las grandes siempre ganan

Las grandes siempre ganan

/
/
img

Hacer algo singular y tratar de diferenciarse es algo que sale caro, siempre y cuando los resultados se busquen a corto plazo, como pasa en todas las experiencias emprendedoras.

Aunque en el mundo del vino se hace mucho más patente por todas las ventajas que tienen las firmas grandes a la hora de poder rebajar los costes en los escandallos, por la fuerza que exhiben sus respectivos departamentos de compras. Y porque en estos departamentos es donde se fragua el éxito de muchas compañías.

Parece un contrasentido, pero las líneas de ayuda y las subvenciones están más pensadas para las empresas que ya están consolidadas que para aquellas que están empezando y no digamos cuando, por ejemplo, una pequeña bodega se enfrenta al embrollo burocrático que supone desarrollar y fiscalizar las ayudas de promoción de la OCM (Organización Común de Mercado) a Terceros Países.

Hay instituciones que ofertan a coste cero el trabajo de un profesional durante 6 meses, sin tener que pagar nada por un plan de exportación y su trabajo diario, y se incluye, además, una bolsa de viaje a fondo perdido de 3.000 euros que, evidentemente, hay que justificar con acciones comerciales en el exterior. La pega más importante es que las empresas han de haber facturado en 2015 un mínimo de 600.000 euros y un máximo de 2,5 millones, algo que se me antoja muy complicado para microbodegas o empresas de nueva creación.

Pero, es más, en todo, lo tienen complicado aquellos que empiezan, porque no es lo mismo, como decía al inicio de este artículo, comprar un millón de botellas que un par de pallets o que tratemos de juntar fuerzas en centrales de compras para llegar a un cupo con el que podamos obtener algún tipo de ventaja en precios.

No obstante, al margen del resto de elementos del packaging (cajas, cápsulas, cierres…), donde más se establecen las diferencias es en el etiquetado, entendiendo como tal la frontal y la contra, porque a partir de un número determinado los costes son prácticamente residuales y apenas significativos en el papel. Claro que esto está unido a pedidos muy grandes, que las bodegas pequeñas y medianas no se pueden plantear.

Y luego están los costes industriales, que nunca pueden ser iguales en líneas de envasado de 1.500 botellas/hora, frente a la maquinaria de las grandes firmas, sin tener en cuenta todo lo que se pierde, en cuanto a tiempo y producto, en los cambios de las etiquetadoras, sin la previsión que pueden acometer los grandes.

Al final, todo degenera en costes invisibles inasumibles de clientes a los que les hemos hecho una especialización “a calzón quitado” y luego nos tenemos que comer con patatas restos de etiquetas personalizadas o nos comen espacio en nuestro ya de por si pequeño almacén con restos de pedidos, entre otras muchas cosas que afectan mucho más a las pequeñas y no tan pequeñas bodegas.

Como suele decirse en términos coloquiales, la satisfacción por un vino singular y bien elaborado es inversamente proporcional a la guerra de precios con la que hay que enfrentarse en el mercado a diario. En definitiva, “qué poco dura la alegría en la casa del pobre”.

  • Facebook
  • Twitter
  • Linkedin
  • Pinterest
  • Buffer

Suscribirse

Reciba nuestras noticias en su email

La altura div se necesita para habilitar la barra lateral pegajosa
Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios : Clics de anuncios : Vistas de anuncios :