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Hora de hacer balance

El 18 diciembre, 2013

Aunque en nuestro negocio parece más lógico hacer balance por campañas o cosechas, el fin de año natural también es un buen momento para revisar hechos, pronósticos y objetivos.

El análisis del pasado no garantiza tomar decisiones adecuadas para el futuro, pero su estudio puede ayudar a encontrar la causa de los errores cometidos, a redefinir estrategias y a reflexionar sobre cómo actuar un mundo cada vez más abierto. Cada cual debería hacer su propio balance ya que este sector es tan diverso y generalizar o extrapolar es peligroso. Por otro lado, quizás sea preferible analizar tendencias que simplemente mirar el pasado más inmediato, mejor mirar un gráfico que no fijarse en un solo punto.

Desde el punto de vista de la producción, este pasado más próximo ha estado marcado por dos añadas radicalmente diferentes. Si 2012 fue una cosecha marcada por ser escasa por unas condiciones de sequía y calor extraordinarias; 2013 ha sido el polo opuesto, un año húmedo con unas temperaturas bajas, más por su dilatación en fechas que por su intensidad, lo que ha dado lugar a una cosecha mayor de lo normal, aunque no en todas las zonas. También ha sido una cosecha muy irregular en cuanto ha maduración y eso se verá, se está viendo, en los vinos. Así pues, tenemos dos puntos muy dispares en la gráfica lo que hace que en el mercado de vinos de consumo o venta inmediatos los “pendulazos” sean enormes. Como consecuencia, los informes que se publican sobre comercialización en volumen y precio arrojan datos para nada extrapolables, así que cabeza fría, sin pánicos ni alarmas. En los vinos de guarda todo esto se amortigua y gozan de mayor estabilidad, son otro mundo, con una problemática diferente que requiere mayor capacidad financiera debido a la acumulación de stocks, pero ese es otro tema y no menor.

Si se reflexiona sobre la comercialización aparece el grave problema que han supuesto los altos precios en origen del año 2012: pérdida de clientes y de mercados en el exterior que otros han ocupado; grave error de estrategia ya que se han abierto las puertas a nuevos competidores. Ahora tocará luchar por recuperar esos mercados y no será nada fácil. En lo que he visto de 2013 en la World Bulk Wine Exhibition (WBWE) hay muchos vinos “majos” que necesitarán “ayuda” y los vinos con calidad, estructura y bien elaborados tendrán fácil salida a granel –había cola para catar las tintoreras-, otros lo van a tener más complicado. Las grandes zonas productoras de España tienen el reto de poner en el mercado más vino que nunca.

Los vinos embotellados, de más valor añadido, imagino que seguirán apostando por el mercado exterior. No parece que el débil repunte del consumo y unos funcionarios con paga extra vayan a cambiar el panorama; así que “tacita a tacita”, como en el viejo anuncio de Bonka que protagonizó la gran Carmen Maura, habrá que ir posicionándose en mercados emergentes y consolidando los maduros. Tarea que requiere esfuerzo y tesón pero que, a la vista de la evolución del consumo interior, es la única salida a corto plazo.

Para acabar quiero dejar un artículo de Jancis Robinson publicado en Financial Times que, aunque no aporte datos nuevos, si resume de un vistazo la evolución global de consumo y producción de vino y deja interesantes reflexiones. Es paradójico que en los países con más “cultura de vino”, los productores del viejo mundo, el consumo cae en picado con España a la cabeza. Algo estamos haciendo mal cuándo, como afirman los autores, “los vinos del viejo mundo nunca han tenido tanta calidad y han sido rechazados en casa al mismo tiempo”, no sé si es un motivo de esperanza o de decepción, pero debe ser motivo de reflexión.

Pasad los días entrañables que se acercan con el calor de la familia y de un buen vino. Mis mejores deseos para 2014.