Ferias y Política

Aunque no sé si al final se materializará, me comentan que el Ayuntamiento de Ciudad Real no cederá los terrenos que habitualmente cede para la colocación de una de las carpas de la Feria Nacional del Vino de Ciudad Real (FENAVIN) y, lo que es más importante, para plazas de aparcamiento.

No sé si estará detrás, aunque sería muy zafio, el hecho de que el Consistorio está gobernado por un signo político y la Diputación, organizadora de la principal feria temática vinícola del país, por otro. Claro que las ferias no entienden de acontecimientos políticos y, en el caso de las que son serias, se fijan con al menos un año de antelación. Pero la casualidad ha hecho que vaya a celebrarse este importante evento a escasos días de unas elecciones municipales y autonómicas. Por eso mismo, a veces pienso que puede ser sólo “ruido”.

La pena para FENAVIN fue que el “macro-pabellón” planificado por la CEOE para su construcción en la vecina localidad de Miguelturra naciera muerto, ante la quiebra técnica de la institución empresarial, porque es una pena que tan importante feria sectorial tenga que recurrir a la habilitación de carpas. Capítulo que, por otro lado, supone uno de los principales gastos de organización y que podría justificar la construcción de nuevas instalaciones en tierra firme en sólo unas cuantas ediciones.

Es paradójico que FENAVIN vaya a alcanzar, en su edición de 2015 entre los días 12 y 14 de mayo, su récord de expositores, conciliando con el paso de los años la ausencia inicial de algunas firmas del norte de España, y que ahora la principal “china en el zapato” la pueda tener en casa.

Y de utilizaciones políticas no está libre ningún partido político, pero sería muy triste que los carnés lastraran una feria que, desde 2001, ha venido creciendo exponencialmente y ahora es uno de los principales referentes para importadores, bodegueros, profesionales del sector y periodistas especializados.

Inicialmente, el aporte de la Diputación Provincial fue clave para poner en el disparadero a FENAVIN, que siempre ha primado su carácter profesional y ya querrían los bodegueros disfrutar del mismo precio en otros certámenes como el Salón INTERVIN de Alimentaria de Barcelona, con el que alterna bianualmente. Ahora, aunque me gustaría que acabara siendo un rumor, me parecería muy fuerte que los intereses políticos primaran sobre el desarrollo endógeno de una provincia, convertida durante unos días en la capital española del vino, con todo lo que ello supone: cientos de visitantes que tienen que dormir, comer, comprar y alternar en Ciudad Real y en las localidades limítrofes. Si no prima esto, mal vamos.

Por lo demás, espero que para mayo se solvente el problema generado el año pasado el primer día de feria con las acreditaciones; mucho móvil y mucho código de barras, pero se formaron colas kilométricas, a pesar de que se daba la posibilidad de inscribirse telemáticamente. Además, y eso es tónica habitual en muchas ferias, en mi opinión no se le facilita el trabajo como se debiera a los periodistas, algo que desemboca en cientos y cientos de comentarios virales criticando uno u otro aspecto de la organización, en lugar de habilitar espacios para ellos y personal que sepa satisfacer todas sus demandas.

Si tuvieran habilitada una zona de prensa y un pequeño coffee break sería tremendo, al igual que conexión libre wifi, algo que se da por hecho en las principales ferias, aunque siempre acaba fallando. Eso sí, con una identificación previa.

No obstante, siguiendo con el título del artículo, cuanto menos se mezcle cualquier evento ferial con la política, más profesionalidad acaparará y menos suspicacias habrá. Claro que si es verdad la primera premisa de esta columna, habrá que darle “leña al mono que es de goma”, porque el sentido común no entiende de carnés de partido.

José Luis Martínez Díaz Licenciado en CC. de la Información, miembro de la AEPEV y de la FIJEV. Artículos Relacionados

Foto: FENAVIN. Edición FENAVIN 2013