El futuro del Observatorio
Hace unos días, leí la llamada de alerta que se hacía desde el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) sobre su continuidad, una vez que la Administración ha cortado gran parte del grifo económico del que venía disfrutando desde su creación.
Independientemente de la forma administrativa que haya adquirido, siempre es bueno reparar en los orígenes. En el sector siempre se ha comentado que el Observatorio obedecía a una escisión en el núcleo de la Federación Española del Vino (FEV), dado que era difícil la convivencia profesional de dos grandes figuras del sector, Pau Roca y Rafael del Rey. Era algo así como lo de los dos gallos en el mismo corral o lo de meter en el mismo equipo a Fernando Alonso o Vettel, por poner algún ejemplo más. Ese fue uno de los principales motivos para llegar a la “bicefalia” institucional del sector, en unas fechas en las que la crisis económica aún no acuciaba.
No quiero entrar en valoraciones, porque en este foro he manifestado que muchos de los servicios se solapan entre un gran número de instituciones, que se están adaptando a los nuevos tiempos. En este nuevo terreno de juego es fácil ver a la FEV en la organización de ferias comerciales en el exterior junto al ICEX y ya han surgido las primeras críticas por la no inclusión de consorcios de bodegas en diferentes eventos feriales, argumentando que prima la comercialización. El propio Observatorio ha tenido que intentar recabar parte de su presupuesto cobrando por unos informes que antes eran totalmente gratuitos para uso y disfrute de los profesionales del sector.
En el caso del OeMv, Rafael del Rey supeditaba la supervivencia de este organismo a que las bodegas valoraran la importancia de los numerosos informes sectoriales que se realizan, y bien, desde este organismo, en parte, como es lógico, por ser una fuente oficial que se nutre de los principales veneros de información sectorial.
En la propia web podemos ver el apoyo que se ha recabado de diferentes Consejos Reguladores o instituciones, pero la información de calidad, con un alto componente de fuente institucional, es deficitaria económicamente casi en todos los casos. No hay más que ver lo que cuestan, por ejemplo, los informes sectoriales de la revista Alimarket, que son tenidos en cuenta como fuentes oficiales y que, en una política muy coherente, han mantenido siempre las tarifas publicitarias y las suscripciones.
Si a lo anterior sumamos que se trata de información muy útil para la comercialización del vino, puede que no reparemos que se beneficiarán mucho más aquellos que, o bien pagan religiosamente su cuota a la FEV, o disponen de presupuesto económico para adquirir estos importantes documentos.
Desgraciadamente, en muchas bodegas se ve como un gasto y parece que en muchas zonas reina un ambiente en el que parece que da igual la Comunicación, el Marketing e incluso tener importantes directivos, porque el vino se está vendiendo solo e incluso mucho más caro, en términos generales.
Sigo pensando que la información de calidad es cara por sistema y que las instituciones, por definición, están pensadas para sobrevivir a las personas, sean quienes sean. Lo que habrá que plantearse es si a dos ministerios y a numerosos entes sectoriales les merece la pena sostener esta plataforma y no trasladar el problema a las bodegas, que bastante tienen con hacer escandallos coherentes aplicando subidas del 80 por ciento del precio de la materia prima en muchos casos y que se enfrentan a una difícil situación por la importante subida de los vinos más económicos. La pelota, en este caso, creo que no tiene que estar en el tejado de las bodegas…
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email