Dehesa de Luna, grandes vinos fruto de una gran viticultura

Bodega Dehesa de Luna se sitúa en la Roda, Albacete, en mitad de una dehesa mediterránea de unas 3.000 hectáreas de extensión. Su edificio, de reciente creación (2012), se integra a través de líneas contemporáneas y limpias en perfecta armonía con el entorno. Los viñedos, colindantes, salpicados de encinas, desfilan rodeados de cultivos de cereales, olivares y bosque mediterráneo, en perfecta armonía con la fauna de la zona entre la que destacan aves rapaces, liebres, zorros y perdices.
Las 82 hectáreas de viñedo se han parcelado según el tipo de suelo, y para cada una de las variedades se han empleado sistemas de conducción específicos y técnicas de cultivos diferentes, según la inclinación del terreno o la orientación del viñedo, entre otros factores. Con ello se busca lograr el mejor desarrollo de la vid según las particularidades de cada zona y tipo de uva. Toda una obra de ingeniería agraria, concebida por José Ramón Lissarrague, consultor experto en viticultura, con el objetivo de hacer grandes vinos, pero fruto de una gran viticultura.
Este contexto puntero de viticultura a medida puede resumirse con las palabras de Lissarrague: “este es el único viñedo con el que he podido hacer lo que me ha dado la gana, lo que me pedía cada planta”.
Este espíritu innovador no sólo queda en sus viñedos y en otros planes de desarrollo en marcha para estudiar la adaptación de nuevas variedades de uva al entorno de Dehesa de Luna, sino que la bodega tiene varias líneas de investigación abiertas, en colaboración con la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Albacete (Universidad de Castilla-La Mancha) y con Grupo de Viticultura de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Madrid (Universidad Politécnica de Madrid).
Además, su compromiso con el entorno se manifiesta también en las prácticas de viticultura sostenible: incorporación de la madera de poda al suelo, uso racional de fitosanitarios, uso de cubiertas vegetales, uso de energía solar, etc.
Una filosofía de respeto por la tierra y el entorno con los que se obtiene la máxima expresión de los vinos, la máxima expresión del terroir. En Bodegas Dehesa de Luna se cultiva Tempranillo, Graciano, Shiraz, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot, con los que se elaboran Dehesa de Luna, Dehesa de Luna Graciano y Dehesa de Luna Rosé.
Este año, Dehesa de Luna ha iniciado un cambio de imagen en su línea de vinos “Dehesa de Luna”, con la que se introduce el enclave donde se sitúa, en claro homenaje a la biodiversidad de la finca y una demostración de su respecto por la tierra. Junto a la luna ya presente en sus etiquetas, ahora se representan diferentes especies protagonistas de la fauna de la zona como la perdiz roja, el milano real o el águila imperial.
La primea referencia en la que puede verse esta nueva etiqueta es Dehesa de Luna Graciano 2014.
Un vino con una variedad más típica de otras latitudes, como Rioja, pero que dentro de esta dehesa ofrece un resultado sorprendente. La elección de esta uva no fue azarosa, sino “por su perfecta adaptación a climas cálidos y por aportar al vino una buena acidez, un intenso color y aromas diferentes”. Dehesa de Luna Graciano 2014 ha sido fruto de muchas vendimias hasta poder dar con el vino que se buscaba.
El vino ha permanecido 8 meses en barrica francesa de 400 litros, con una crianza posterior en botella de un año, antes de salir al mercado. Dehesa de Luna Graciano 2014 es un vino “intenso y elegante, con aromas a frutas maduras y notas especiadas”, cuya producción no supera las 5.000 botellas.

Periodista especializada en el sector del vino.
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