Alicante distingue entre variedades históricas, principales y secundarias en su nuevo pliego de condiciones
La Denominación de Origen Alicante ha publicado su nuevo pliego de condiciones, en el que reorganiza las variedades amparadas, entre las que ahora distinguen tres categorías: históricas, principales y secundarias. Esta modificación se produce tras dos años de gestiones administrativas y el pliego está ahora mismo en período de exposición pública. También se han introducido otros cambios como rendimientos o perfiles organolépticos, que irán publicando.
Esta reorganización pretende concienciar sobre las variedades propias para fomentar y proteger su cultivo, para poder conservarlas, pues en muchos casos estas variedades tiene un protagonismo menor, frente a otras variedades más comerciales, y cuya extensión actual es muy reducida, siendo a veces viñas sueltas dentro de viñedos de otras variedades.
El estudio de variedades históricas es cada vez más común en todo el territorio español. Otro ejemplo reciente es el caso de denominaciones como Vinos de Madrid, que espera ahora poder incorporar variedades como la castellana blanca y la morate. Incluso algunas bodegas como Familia Torres ya incorporan esas variedades recuperadas a sus vinos, como el caso de la variedad moneu incluida en su nuevo vino Clos Ancestral 2019.
Dentro de la DOP Alicante se han estudiado y caracterizado las variedades detectadas, con especial atención en las variedades forcallat o arcos.
En el caso de la DOP Alicante, la denominación ha apoyado estudios como el de la Universidad Politécnica de Valencia, centrado en variedades de vid habituales en la provincia antes de la filoxera. Así, se han estudiado y caracterizado las variedades detectadas, con especial atención en las variedades forcallat o arcos.
Un estudio que quieren continuar y ampliar para evitar que el material vegetal de la zona desaparezca, pues se considera a Alicante “un reservorio de variedades singulares”, a pesar de que se hayan convertido en minoritarias frente a otras variedades por las tendencias del mercado. Aún así han seguido trabajándose, en ocasiones confundidas entre otras, y por eso ahora el interés por identificarlas, recuperarlas e incorporarlas a la denominación para conservar el patrimonio vitivinícola de la zona.
La organización de variedades pasa a agrupar: históricas, principales y secundarias
En el apartado de “históricas” se han añadido algunas variedades legalizadas en la Comunidad Valenciana y que ahora se han identificado entre las cepas alicantinas. Así, las históricas serían: las blancas tortosí, pedro ximénez, forcallat blanca, planta nova o tardana; y las tintas forcallat tinta, bonicaire, miguel del arco, garro, mandó y trepat.
Entre las «principales» se sitúan aquellas que, según describe la denominación, “han formado parte de la historia, las que han estado reconocidas en los 19 cambios legislativos de la DOP Alicante y las que expresan la vinculación mayoritaria con el territorio, suponiendo hoy las de cultivo principal”. Serían las variedades blancas moscatel de Alejandría, alarije, subirat parent (malvasía), merseguera (verdosilla), planta fina de Pedralba y verdil; así como las tintas monastrell, garnacha tintorera o Alicante bouschet, giro-gironet y bobal, que, aunque esta última sea ahora mismo minoritaria, puntualizan, lleva “presente desde hace siglos en algunos parajes”.
En el grupo de “secundarias” están las variedades incorporadas desde los años 70, con diferentes procedencias: airén, chardonnay, garnacha blanca, macabeo, sauvignon blanc, verdejo, vognier; y cabernet franc, cabernet sauvignon, merlot, pinot noir, petit verdot, syrah, tempranillo.
Redacción La Gaceta del Vino
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