Jumilla celebra el 25 aniversario de su certamen en Madrid
La denominación de origen levantina ha celebrado por todo lo alto los 25 años del Certamen de Calidad de los Vinos DOP Jumilla, con una cata en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Un concurso que, además, ha sido testigo de la revolución enológica de la zona.
La locación escogida, el lucernario del edificio donde se emplaza el MAPA, no ha sido por casualidad, ya que la denominación ha querido agradecer así el apoyo que brindó en 1994 este mismo Ministerio, para lanzar su certamen de calidad.
Su trayectoria ha supuesto un aumento tanto en el número de muestras presentadas y en la calidad de los vinos, así como en el número de categorías del concurso, que empezó sólo con 3: vinos jóvenes, vinos de segundo año y rosados.
Entre los objetivos de la creación del certamen estaban impulsar la comercialización, desarrollar el sector y potenciar el embotellado; metas que se han visto cumplidas, pasando de exportar menos de dos millones de botellas en el siglo pasado, a más de 20 millones en el último año.
El presidente del Consejo Regulador de la DOP Jumilla, Silvano García, explicó en la cata conmemorativa que el vino de Jumilla “es historia viva de nuestra tradición y nuestra cultura”. Una historia que se remonta al año 3000 a.C., época a la que pertenecen los restos de vitis vinífera más antiguos de Europa, encontrados en Jumilla, además de restos arqueológicos, como los pendientes de oro íbero con forma de racimo de uva, del siglo IV a.C, cuya réplica se utiliza como premio en el certamen de vinos.
“Queremos ser coherentes con el pasado, y con nuestra herencia vitivinícola histórica, por eso el objetivo es defender la variedad reina de la zona, la monastrell”, puntualizaba el presidente.
Precisamente más del 80% de las más de 18.000 hectáreas de viñedo con el que cuentan es de monastrell y el 70% de los vinos que la DO elabora tienen a su variedad reina como base, aunque, otra variedad que se ha sabido adaptar a la zona es la syrah que ya varias bodegas utilizan no sólo como coupage, sino para elaborar monovarietales. Como expresaba María Quílez, sumiller formada
con una beca de la DOP en el Basque Culinay Center , durante la cata en la que se probaron diversos vinos con medalla de oro en el certamen “la monastrell es la reina de Jumilla, pero la syrah ha sabido adaptarse y es de las que mejor combina con nuestra variedad” y matizaba “la syrah ya se puede considerar jumillana”.
Periodista especializada en el sector del vino.
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