El consumidor elige sostenibilidad en todos los sentidos

Los consumidores prefieren cada vez más productos que se obtienen, producen y empaquetan de manera sostenible. El medioambiente preocupa al cliente final y afecta a sus decisiones de compra. La palabra sostenibilidad está en boca de todos.

Las generaciones más jóvenes cada vez están más concienciadas con estos valores, y posiblemente estén dispuestas a pagar más por estos productos.

Cada día más, buscan envases sostenibles, pero con una realidad en el interior. Se informan sobre la trazabilidad y les gusta tener información sobre el proceso de producción.   Hace poco leí en un informe publicado den  Wine industry Advisor, que el 55% de los consumidores estadounidenses consideran reciclar y reutilizar productos o envases en el momento de tomar decisiones de compra. El 86% de estos consumidores más jóvenes (18-44) también están dispuestos a pagar más por productos en envases sostenibles. Y el 67% de los Millennials cree que sus elecciones de compra tienen un impacto ambiental de moderado a significativo. En conclusión, a los consumidores les importa que los productores de vino apoyen la economía circular.

Los bodegueros deben comprender las preocupaciones y el interés de los clientes sobre la sostenibilidad.

Es cierto que las bodegas ya están empezando a tomar medidas de sostenibilidad en la viña y en la bodega. La utilización de los paneles solares, la implementación del I+D para la conservación del agua, …  Ya hemos hablado en ocasiones anteriores sobre las bodegas con certificaciones como Sustainable Wineries for Climate Protection (WfCP). Emilio Moro o Fontana Bodegas&Viñedos la tienen. Otros ejemplos son Alma de Carraovejas, Bodegas Emina, Familia Torres, que son afiliados de  International Wineries for Climate Action (IWCA).

Ahora quizá toque ir un paso más allá, envases, etiquetados y envases sostenibles, sin renunciar al diseño y la calidad. No olvidemos que son la imagen del vino, lo primero que ve el cliente final.

Podemos encontrar empresas como UPM Raflatac, lider en el etiquetado sostenible, que luchan por reducir, reciclar, renovar o reutilizar. Utilizar materias primas 100 % renovables a base de madera, o productos con certificación FSC, puede ser un primer paso. La reutilización de materiales existentes que ya están en el medio ambiente, por ejemplo, la etiqueta Ocean Action, que es la primera etiqueta hecha de plástico procedente del océano, también puede ayudar.