“El exceso de marketing en el vino puede llevar al abaratamiento del producto”
Aficionado a la fotografía de toda la vida, Pío Cabanillas Alonso, el que fuera Ministro Portavoz del Gobierno es todo un conquistador de los espacios. Espacios que descubre a través de sus viajes; su última “conquista” han sido las jerezanas Bodegas Tradición, a las que llegó de la mano de su propietaria, Helena Rivero. “Realmente la impulsora y la que me dio la oportunidad de exponer aquí fue ella, que me quiso conocer después de ver mi obra fotográfica”. Y es que, viendo “Antigua”, la exposición de fotos de Pío Cabanillas dedicada a la Semana Santa de la ciudad guatemalteca, está claro que las Bodegas Tradición son el mejor marco para acoger dichas imágenes. La exposición, coordinada por el curador Miguel López-Remiro, es una selección de 16 fotografías inéditas en blanco y negro tomadas en la antigua ciudad guatemalteca de Santiago de los Caballeros. “Tradición, amor, esfuerzo, devoción y excelencia son conceptos que están presentes tanto en el vino como en la Semana Santa”, confirma Pío Cabanillas.
Viendo lo bien que encaja “Antigua” entre las botas de vino de Jerez, está claro que estabais condenados a encontraros…
Pues sí. Quería hacerla aquí, porque me gustaba la idea de que los españoles pudieran ver lo mucho y bueno que hemos hecho fuera. Es impresionante ver el grado de influencia que hemos dejado tanto en la arquitectura como en las tradiciones de estos países y que algo, que está tan vivo y arraigado en España, se viva con la misma intensidad al otro lado del mundo, incluso con más devoción todavía.
Esta exposición recuerda también a la colección de arte que hay en Bodegas Tradición…
Sí, hay fotografías, que como dice Helena, podrían ser un Ribera. Y por otro lado estás viendo toda esa tradición que dejamos cuando llegamos los españoles, una tradición que se remonta al siglo XVI, como son las ropas, los hábitos, el barroco de los pasos, por lo que te da la impresión de que podría ser la Semana Santa de Jerez, o de cualquier otro sitio de por aquí.
«con la cantidad de matices de los distintos vinos (de Jerez) que hay te vuelves loco. Aunque tengo que reconocer que yo soy de Palo Cortao»
Cuál es tu relación con los vinos de Jerez. ¿Los conocías?
Sí, en estados varios de nivel etílico (risas). A mí con los vinos de Jerez me pasan dos cosas: la primera es que me siento raro bebiéndolos fuera de esta zona porque aquí saben y los vives distintos. Pedir un jerez en Madrid no me hace ni la décima parte de gracia que venir aquí. Y la otra cosa es que nunca dejas de aprender, porque con la cantidad de matices de los distintos vinos que hay te vuelves loco. Aunque tengo que reconocer que yo soy de Palo Cortao.
¿Tienes alguna relación con el vino que vaya más allá de la gastronomía?
Tengo viñas de Albariño y soy de la cofradía de Albariño en Galicia. Un vino muy diferente a los de Jerez, pero que también está muy bien, ¡no vamos a pelearnos! Es un vino que ha cambiado mucho y que ha crecido exponencialmente en el proceso de distribución.
¿Y de dónde te viene esa afición al vino?
Pasa igual que en Jerez, que es muy difícil no ser aficionado cuando tu entorno es de vino. La casa de mi familia está en O Salnés, la cuna del Albariño por lo que estás viendo vino por todos lados y eso marca la personalidad de la gente de la zona.
«es muy difícil no ser aficionado cuando tu entorno es de vino»
¿Crees que tanto el albariño como el jerez necesitan más marketing?
Uno de los problemas, y soy consciente de que algunos me van a matar, es que cuanto más marketing, más necesidad de producción y distribución, y se corre más peligro de abaratamiento dentro del producto. En cierta forma, hay que mantener un cierto rigor y calidad y eso lleva su tiempo. Efectivamente, ir a grandes producciones y negocios, a nivel económico tiene todo el sentido, pero desde el punto de vista de la calidad, yo soy más restrictivo. Y, por otro lado, hay bodegas, sobre todo de vino blanco que empiezan a hacer unas mezclas más fáciles porque tienen más prisa en sacar más vinos. En la fiesta del Albariño suelen ganar el premio aquellos que mantienen la forma de hacerlo y su seña de identidad y eso lo notas al tomarlo, sabes qué es lo que estás bebiendo. Por eso prefiero ser un poco menos marketiniano.
Entonces Bodegas Tradición va a ser tu segunda casa…
Yo ya les he dicho que mañana voy a estar aquí de becario.
¿Qué te tomas para fotografiar?
Soy muy de tinto, pero si estoy viajando me gusta tomar el alcohol que se da en la zona. Aunque los padres de los jóvenes me peguen por ello, es verdad que el alcohol inspira…
Algún recuerdo en torno a una copa de vino
Nosotros somos un pueblo de vino, es muy difícil entender un español sin una copa de vino en la mano. Momentos buenos con el vino, todos… pero, quizá me gusta más no cuando toca beber, sino cuando se da por sorpresa: de repente te encuentras en un sitio maravilloso viendo una puesta de sol y te ves con una copa en la mano, ¡eso es estupendo!
A pesar de ser un país que no se concibe sin esa copa en la mano, ¿crees que hay cultura de vino suficiente?
A mí me daría mucho miedo que se perdiera entre la gente joven, porque yo creo que sí que la hay. Fuera de las grandes ciudades, hay una cultura de vino clarísima, yo estoy muy condicionado por la zona de la que vengo. A mí lo que me importa es que respetemos las denominaciones de origen españolas que eso es consustancial a lo que somos… Lo de que te ofrezcan solo las dos DO más importantes suele pasar con el tinto porque de siempre ha habido una dicotomía muy grande, aunque ahora se hace muy buenos tintos en otros sitios. En el blanco ha habido más diversidad, más núcleos originales, hay mucho, y al que le gusta el vino lo sabe de verdad.
Tu maridaje perfecto, el insuperable
Un atún bien cortadito con una copa de Palo Cortao, así, como tapa larga…
Periodista especializada en temas de Estilo de Vida.
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