Qué vinos puedes beber estas navidades, si eres un Grinch
Si empiezas a agobiarte, no te apetece decorar la casa y te escaqueas de comidas y cenas navideñas, es posible que seas un Grinch. Pero esto no implica que no puedas disfrutar de un buen vino estas fiestas.
No hace falta que te vistas de verde y te maquilles a lo Jim Carrey para hacer notar que estas celebraciones no te gustan, quizá tu estrategia sea que los demás se pongan verdes de envidia si disfrutas del surtido de vinos que te vamos a recomendar. Grinch y vino
Un vino pre-navideño para beber en «tu cueva de la montaña», al igual que en el cuento del Dr. Seuss podría ser una botella de Ziries 2014 de Bodegas Ziries, una garnacha de pura cepa que no te va a dejar indiferente. No estamos en el monte Mount Crumpit, pero sí cerca de los Montes de Toledo, que tampoco está mal.Grinch y vino
Para estos días lluviosos, y si eres de los que les gusta descubrir cosas diferentes, cómprate una botella de Whisba de Rodriguez y Sanzo, un tempranillo de Castilla y León, envejecido en barricas de whisky. Algo distinto e inusual, de lo que vas a poder disfrutar acompañado de una buena caza o algún queso curado. Grinch y vino
También puedes darte a los generosos con una copita, o varias de Sacristía Ab, que siempre es buena compañía; y como Antonio Barbadillo (su alma mater) diría, esto es «porque yo lo valgo». Vino perfecto para un Grinch, ya que cuando pruebes esta manzanilla en rama vas a querer bebértela tu sólo.
¿Y qué hacemos si no te queda más remedio que acudir a alguna que otra comida navideña?
No hace falta que te disfraces de Santa Claus y les robes los regalos navideños al resto de los invitados; simplemente lleva tú la voz cantante con el vino de la velada. Quizá una botella de Gramona III lustros para empezar, un espumoso elegante y con edad, que te servirá de antesala para los entrantes y el comienzo de los villancicos.
Si el resto de los invitados empiezan por los clásicos de ayer y hoy, al estilo de «Campana sobre Campana» o «Noche de Paz» acompañados de panderetas y botellas de anís, vas a necesitar algo más duro para combatirlo. Quizá puedes contrarrestarlo con una copa de Bat Berri de Itsasmendi, un txakoli inusual elaborado mediante maceración carbónica. Si tus compañeros de mesa son amantes del verdejo de barra, te van a dejar bebértelo a ti solo, ellos se lo pierden.
Pero si tienes algún cuñado o cuñada 2.0, de esos que se leen las guías de vino con el único propósito de hacerse los entendidos y además estás en Vigo (por eso de la iluminación navideña «a cascoporro»), esta es tu oportunidad para disfrutar un poco de la comida, sorprendiéndoles con Las Luces, un tinto de San Martín de Valdeiglesias, elaborado con garnacha centenaria. Un gran vino madrileño perfecto para cualquier ocasión.
Ya va acabando la celebración, y vamos al momento postre. Si eres de chocolate, podrías seguir con el tinto que va estupendo; pero si lo que quieres es tocar un poco la moral sin dejarte el sueldo, te recomiendo Ariyanas naturalmente dulce de Bodegas Bentomiz, un dulce pero con acidez elaborado en la Axarquía malagueña. Un vino que te hará entonar el «Ay del chiquirritín chiquirriquitín queridí, queridito del alma», sin que te des cuenta.
Si con esto no sobrevives al periplo navideño, sólo te queda comprarte un perro que se llame Max y mudarte estos días a Corea del Norte, Somalia, Brunéi o Tayikistán. Creo que allí no vas a tener estos problemas con la Navidad. Aunque la opción del buen vino siempre suele ser más interesante.
Directora de La Gaceta del Vino
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