Todo lo que el enólogo quiso saber sobre finanzas, pero nunca se atrevió a preguntar (I)
Me atrevo a parafrasear a mi admirado Woody Allen para no espantar al posible lector. Si hubiera titulado “costes en bodega, qué son y cómo se calculan”, esto no lo abre casi nadie y no lo lee nadie.
Abunda dentro de la familia “Enólogus” el género “locus aislatus del mundus” que desde su torre de marfil vive pendiente de elaborar vinos para levitar. También está “enologus sin limes”, o enólogo ONG, cuyo principal afán es defender, territorio, historia, cultura,…
En realidad, para muchos, no deja de ser una pose, legítima por cierto, que aporta un plus de “glamour” al profesional y a su bodega. Lo que sí es cierto, bromas aparte, es que las cuentas nos suelen dar mucha pereza y a los que están por las áreas financieras no les gusta soltar información. Pero no hay que olvidar que información, sobre todo si es económica, es influencia o poder. Ante un CEO es más fácil de defender un número que un aroma balsámico y ahí la desidia nos juega una mala pasada.
Hay un gran número de cursos de “Finanzas para no financieros” que se dan en multitud de instituciones y tienen subvenciones, no es ninguna tontería interesarse por ellos. Una bodega se supone que produce vino, pero realmente lo que produce son pérdidas o ganancias. En estos tiempos estamos viendo cómo bodegas con buenos productos lo pasan mal y otras aguantan mejor con vinos más mediocres. La diferencia está en los números.
Los financieros hablan de Sistemas de Información Contable (SIC) y los dividen en Contabilidad Financiera y Contabilidad de Costes y de Gestión. La primera lo que hace es formular las Cuentas Anuales de la empresa, de obligado cumplimiento y depósito en el Registro mercantil cada año. Estas cuentas son el Balance de Situación, la Cuenta de Pérdidas y Ganancias y la Memoria y anexos explicativos.
El Balance de Situación se refiere a las inversiones de la empresa ¿cuánto tengo invertido? Pasivo y ¿en qué está invertido? Activo y ambos son iguales gracias a una cifra mágica: la pasta que se gana o se pierde. Explica la situación Patrimonial de la empresa.
La Cuenta de Pérdidas y Ganancias estructura el resultado del ejercicio a diversos niveles. Parte de las ventas totales y de ahí se van descontando los diversos costes de producción, comerciales, amortizaciones, financieros y fiscales para dar el resultado neto de la empresa. En teoría es más útil que el Balance para los no financieros, aunque su estructura es rígida, ya que está fijada por ley, y es excesivamente contable.
También hay que pensar que los estados financieros se presentan una vez al año ya que son información pública, pero que todas las empresas las formulan al menos de manera mensual. Pero insisto son Sistemas de Información Contable, no de gestión.
Es más interesante la Cuenta de Resultados, muy parecida a la de Pérdidas y Ganancias -a veces pueden coincidir-, pero hecha con una estructura más funcional. Clasifica los gastos de explotación por funciones y antes de calcular el beneficio de explotación determina el margen a diversos niveles. No es de obligado cumplimiento y además es interna, por lo que se puede aplicar a un producto determinado –nada que ver un vino joven con un gran reserva-, a un mercado determinado –nada que ver Moscú con Albacete-. Por tanto es una poderosa herramienta de análisis y gestión que el Director Técnico debe conocer.
Javier Escobar
javier.escobar@elcorreodelvino.com
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Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.
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