Sudamérica en el mundo del vino: ¿Ha llegado su momento?
Desde Europa siempre hemos pensado que somos el ‘centro’ del mundo del vino. Obviamente los tres grandes productores –Francia, Italia y España– están aquí y, junto a Portugal y Grecia, han dominado los mercados y escrito las reglas durante décadas.
Si a esto se suma que los grandes consumidores de vino eran Reino Unido, Benelux, Países Nórdicos y Europa Central, el negocio del vino era un negocio europeo, de europeos y para europeos. En todo caso interesaba EE.UU. por su tamaño y su potencial.
No hace tanto tiempo que los vinos del Cono Sur, gracias a sus vínculos con Reino Unido y Holanda, irrumpieron en el mercado europeo de manera explosiva: enología sin restricciones, marketing sin complejos y precios agresivos. Se hablaba de vinos del Nuevo Mundo, pero la presencia de vinos sudamericanos era escasa.
Los dos países más importantes (Argentina y Chile) presentaban dos situaciones distintas –y escribo del pasado-: Chile elaboraba buenos vinos de corte internacional enfocados al mercado norteamericano, mientras que Argentina estaba un peldaño por debajo en calidad y trataba de promocionar la Malbec como variedad nacional. Otros países como Uruguay, de menor producción, observaban con atención.
Estos dos caminos divergentes han acabado siendo paralelos y ambos países han cuajado como grandes productores de vino y productores de grandes vinos. Por ello, ha llegado el momento de potenciar su presencia tanto en los mercados tradicionales como en los emergentes, de ahí su constante presencia en ferias, como la World Bulk Wine Exhibition, en las que participan valiosos ponentes procedentes de estos países, como en The Art of Blending Wine en donde nos demostrarán de manera práctica las posibilidades de los vinos de la América del Sur.
Químico Industrial y Enólogo
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Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.
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