Sobre la IX Jornada Diam
La conocida empresa de tapones Diam celebró en Logroño su jornada anual, y va por la novena, con el tema “Sin ‘ecosostenibilidad’ no hay futuro para la producción vitivinícola”, largo y apocalíptico lema que, sin embargo, es inevitable en estos tiempos.
Hace ya tiempo escribí en estas páginas sobre qué es la sostenibilidad y la definición sigue siendo válida, aunque se le haya añadido el “eco” delante. La inauguración de la jornada corrió a cargo de Josep María Albet, presidente de la DO Penedès que está en camino de certificar todos sus vinos como orgánicos, lo que achacó a la influencia de la cosmopolita Barcelona y a la evidencia de que lo insostenible es algo sin salida. Después, Pascal Popelier, director de marketing de Diam, dio la bienvenida a los asistentes y habló sobre el movimiento de consumidores y bodegueros para reducir la cantidad de productos químicos en viña y vino y, además, reducir el impacto ambiental de su actividad.
Siguió Esperanza de Marcos, del Ministerio de Agricultura, que participa en la redacción de la nueva norma de producción ecológica de la Unión Europea. Presentó los datos de España que con más de dos millones de hectáreas, de las cuales más de 106.000 de viñedo, es líder en el mundo. Repasó la situación de la normativa y anunció los cambios inminentes sobre derivados de levadura, manoproteínas y otras prácticas. También adelantó que el nuevo reglamento, para 2021, afectará a tapones de corcho y otros productos; reforzará el sistema de control in situ a los distintos operadores (incluidos de terceros países). Es bueno echar un vistazo al EGTOP para ampliar información: Expert Group for Technical Advice of Organic Production.
Después vino el turno de Trinidad Márquez, de la Federación Española del Vino, quien aseguró que hay un cambio de mentalidad ya que todas las políticas nacionales y de la Unión Europea van dirigidas hacia la sostenibilidad, cambio climático, economía circular y la resiliencia, término que se aplica hoy en día a casi todo. Después habló de la confusión que emiten hacia la multitud de términos –y certificaciones- como ecológico, biológico, sostenible, biodinámico, orgánico, producción integrada, huella de carbono… Continuó explicando los proyectos contra el cambio climático en viñedo, decálogo de buenas prácticas de Wineries for Climate Protection, las directivas de la OIV, los distintos documentos para el cálculo de huella de carbono, huella hídrica, bodega ecosostenible… todo este maremágnum ha llevado a modelar el PEFCR (Product Environmental Footprint Category Rules) en el vino, ahora en fase piloto, pero de inmediata publicación, con el fin de definir metodologías para medir la huella ambiental del vino.
Josep María Rivas, técnico de Energías Renovables de Familia Torres, habló de todos los males achacables al cambio climático y su repercusión en las fechas de vendimia y desequilibrios en la maduración. También avisó de que, a pesar de los esfuerzos, el CO2 alcanzó máximos en 2017. Ante este hecho planteó la adaptación (varietales más resistentes, altitud, optimización de riego, ensanche de marcos) y la mitigación (reducción de la huella de carbono mediante el uso de energías renovable).
El consumidor convencional ya percibe el vino como algo natural per se, por lo que es preciso hacer un esfuerzo en comunicación, en precio y en packaging para resaltar y explicar sus diferencias.
Después tomó la palabra el experto en marketing y comunicación sostenible Tomás Camarero. Su larga disertación, sobre cómo comunicar el valor diferencial –ventaja competitiva- de la producción “ecosostenible”, es imposible de resumir, aunque tal vez se puedan plasmar las ideas generales:
- – El vino ecológico es un nicho
- – Pero que crece de manera imparable
- – Presenta un DAFO francamente favorable
- – El consumidor está súper informado, es descreído y “buscachollos”
- – Es difícil llegar a él
- – El español es nuevo, no hay histórico sobre él; es complejo y diferente
- – Estamos en fase de experimentación. Su cesta no es 100% ecológica
- – Está entrando en tromba, pero frenado por los precios. La dificultad de encontrarlos y el desconocimiento
Hay que producir y vender vino ecológico para estar en línea con el consumidor y por innovación. Pero cuidado con los petardos, más saludable no quiere decir más rico. El consumidor convencional ya percibe el vino como algo natural per se, por lo que es preciso hacer un esfuerzo en comunicación, en precio y en packaging para resaltar y explicar sus diferencias.
Tras dos interesantes mesas redondas, la primera sobre adaptación de viñedo y la segunda sobre comercialización, acabó la jornada que cada año nos regala Diam.
Químico Industrial y Enólogo
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Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.
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