¿Y por qué no un ‘Master Chef’ de Vinos?
En lugar del día en el que el equipo de “Máster Chef” grabó en la majestuosa bodega de Marqués de Riscal, imaginaos por un momento que algún canal de televisión organiza algo similar, pero orientado al mundo del vino para saciar nuestras ansias de involución en nuestro líquido elemento.
Sería algo así como “Master Sumiller” y seguro que engancharía a mucha gente, porque saber de vinos, en ocasiones, queda bien y satisface el ego “aspiracional” de muchos de los que se acercan a este maravilloso mundo. El servicio del vino, la temperatura, las orientaciones y la armonización con los alimentos; catas-examen de vinos de numerosas zonas del mundo y de nuestro país; determinación de variedades, grado alcohólico, tipo de elaboración, principales defectos de los vinos…
No sé si el problema sería el horario, porque hay restricciones a la hora de hablar de bebidas alcohólicas, y el vino lo es, pero también forma parte de nuestra cultura mediterránea y no creo que le hiciera daño a nadie que un canal de televisión colocara en su parrilla de programación algo parecido a lo que estoy hablando, por ejemplo, a partir de las diez y media de la noche, tramo que se sigue considerando “prime time”.
Y, como no podía ser de otra forma, el Estado, a través del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), tendría que estar presente, al igual que la Federación Española del Vino (FEV) y el resto de instituciones sectoriales existentes, como el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV) o la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV), aportando datos relativos al consumo de vino en nuestro país para que nos sonrojáramos, a pesar de ser el primer productor mundial.
Aspectos relativos al arte, visitas guiadas a museos, explicaciones sobre catas de vino y la relación del vino con la Cultura, nuestra forma de ser e incluso la religión y nuestra propia historia, que ha hecho que muchos pueblos de nuestro país que han conservado viña desde siempre lo hicieran de igual forma con su población, mientras veían cómo otras zonas de nuestra piel de toro quedaban prácticamente despobladas. Reportajes sobre algunas de las bodegas más antiguas, sobre zonas y variedades autóctonas, podrían sazonar convenientemente este espacio, cuyo fin último sería lograr el “nariz de oro”, ahora que, desgraciadamente, la revista que organizaba este certamen plegó alas.
Y seguramente nos entenderían mucho mejor los jóvenes, aunque sólo sea porque uno de los participantes es de una comarca cercana o porque, si asumo unas cuantas nociones básicas, podré quedar bien por fin con esa chica al siguiente fin de semana cuando la invite a comer para intentar “pillar cacho”, como se dice ahora.
Y veo como jurados a personajes consagradísimos como el sumiller Custodio López Zamarra o el Master Blender de González Byass, Antonio Flores, y a los enólogos María Isabel Mijares y Jesús Flores, y a otros más del conjunto del sector del vino, ya sean compradores de cadenas como Makro, en alusión a Andrea Alonso, que, junto al periodistas especializado y Presidente de la Asociación de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV), José Luis Murcia, han recibido un galardón estos días dentro del Concurso Mundial de Vinos de Bruselas como catadores en los que fijarse por su trayectoria en las últimas ediciones.
Y si quisiéramos más chispa aún, tenemos también en mente a otros prescriptores y líderes de opinión, que pondrían a prueba el saber hacer de sumilleres o aprendices de sumiller en sus descripciones de vinos.
De todas formas, para algunas cosas soy un nostálgico y no entiendo por qué no ha llegado hasta nuestros días la palabra “mojón” con la acepción de catador de vino, tal y como recoge nuestro inmortal Quijote, refiriéndose a Sancho Panza por sus comentarios sobre vino en los que advertía notas a cordobán (cuero) y hierro, máxime cuando en el interior de su bota de piel de cabra descubrió un llavero con esos elementos, una vez que se bebió el preciado líquido.
José Luis Martínez Díaz
Licenciado en CC. de la Información, miembro de la AEPEV y de la FIJEV.
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