Vendimia nocturna

Las palabras “vendimia” y “nocturna”, dentro de la misma propuesta, pueden sonar un tanto rural, bucólico o incluso romántico. Nada más lejos de la realidad; menos, cuando además se suma el término “a máquina”.
La modernidad, el frío e incluso un halo ciertamente fantasmagórico pueden reinar de forma llamativa. Pero, lejos de las primeras impresiones, la vendimia nocturna a máquina, no sólo permite una rápida recolección, sino que hace que, al llegar la uva a bodega con una temperatura baja, se potencien los aromas del vino, además de evitar oxidaciones.
En Bodegas Félix Sanz, situados en la DO Rueda, realizan la vendimia de sus viñedos situados en espaldera a máquina y con nocturnidad.
Pero la noche es larga, y la climatología, como el resto del año, no siempre conecta con los deseos del viticultor. Aunque éste siempre buscará la mejor forma de adaptarse para conseguir elaborar el mejor vino.
Septiembre, 3:00 a.m. en Rueda: se pospone la vendimia prevista para las primeras horas de la madrugada. El acuciado calor de este año hace que el esfuerzo de recoger la uva a estas horas de la mañana sea inútil; la temperatura de la uva sigue siendo muy elevada.
6:45 a.m.: la máquina vendimiadora sobresale de forma notoria en mitad de los viñedos, con sus faros como único punto de luz en las inmediaciones, a la espera de la orden para iniciar la vendimia de la parcela de hoy. En menos de una hora, antes de que termine de salir el sol, toda la uva, y sólo la uva, habrá sido recogida para llevarla a la bodega.
7:00 a.m.: la máquina comienza su actividad en lo que parece un acto devorador. Una espaldera tras otra, la máquina pasa por encima de cada una de ellas. La imponente imagen, en la que parece que las cepas van a ser devastadas, contrasta con el delicado resultado. La vendimiadora, agita las viñas al pasar sobre ellas, recogiendo las uvas y eliminando las hojas u otros restos que pudieran colarse. Una vez terminado el trabajo, la viña queda casi intacta, con los raspones en la viña, como si alguien se hubiera dedicado a quitar, de una en una, cada uva.
8:00 a.m.: el sol hace su aparición con gran sutileza. El frío aún se hace notar. La máquina vendimiadora termina la última espaldera de viñedo. Con la incipiente luz del día y viendo el delicado resultado de su actividad, el monstruo metálico no parece tal. Descarga el fruto vendimiado en un camión bañera y este continúa con la cadena para llevar la uva a la bodega.
9:00 a.m.: tras los controles oportunos por la DO Rueda, la uva es transportada a la Bodega Félix Sanz. La cercanía de los viñedos hace que el transporte sea lo más rápido posible para conservar la temperatura de las uvas. Tras depositar la uva en la tolva, comienza la labor de la bodega para elaborar la línea de vino Viña Cimbrón.
9:30 a.m.: el desayuno está servido. Una prueba del mosto flor que se acaba de obtenter concentra todo el potencial que en unos meses se podrá catar, una vez se haya convertido en vino.
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Susana Molina
Periodista
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Periodista especializada en el sector del vino.
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