Codorníu, el aroma de la tierra con Bruno Colomer. Parte II
¿Quién es Bruno Colomer y cómo se define a sí mismo?
Bruno Colomer, 51 años, natural de Sant Cugat del Vallés, estudió en Barcelona, 1988 Ingeniero Técnico Agrícola.
Padre de familia, enólogo, agrónomo, amante de la naturaleza y la creatividad, una de mis grandes pasiones.
El poder de crear algo que luego el público disfruta, como es en el caso del cava es lo mejor que me puede pasar.
Si no me pudiera dedicar al mundo de la enología, escogería el paisajismo, diseño de jardines, creo que lo haré cuando me jubile. Es pasión pura.
¿Qué o quién te incentivó a dedicar tu vida al mundo del vino y el cava?
Soy algo atípico, ya que no pertenezco a una familia de viticultores, enólogos ni nada relacionado con el mundo del vino. Estudié agronomía y mi profesor era el enólogo de Codorníu (año 86-87). El Sr. Castro, él me hizo conocer este sector, me gustó mucho, gracias a él y a un gran consejo de Jaume Gramona.
Pregunté dónde podía ir a estudiar enología: Castro me dijo que saliera fuera, en aquella época no había nada en España, encontré muchos másters, etc., pero no una carrera completa de enología; Jaume Gramona me aconsejó ir a Dijon, él había estudiado allí. Estaba cerca de la Champagne, y también se elaboraban vinos blancos y tintos.
Al final todo fue como un destino gracias a las clases de José Castro. Jamás en mi vida había pensado en el vino, el destino decidió lo que he conseguido hoy.
¿Qué propuesta harías para aumentar el consumo del vino, en general, de todos los tipos de vinos?
Haría campañas explicando al mundo entero, que el vino y el cava es un producto sano, no podemos catalogarlos de productos insanos, como el tabaco, hablamos de productos buenos.
Hoy en día se hacen productos buenos en todos sitios, hay zonas vinícolas donde antes no se hacían vinos. En la actualidad se hacen grandes vinos, buenos para salud, consumido de forma considerada.
¿Estás de acuerdo en incentivar la cultura del vino desde pequeños?
Estoy completamente de acuerdo, puedo poner el ejemplo de mis hijos. Cuando cumplen 18 años, ya se creen mayores y que pueden hacer lo que quieran. Mi primer consejo, es que tienen que beber vino. En nuestra casa los domingos servimos vino durante la comida, me preguntan sobre él, se interesan, y se lo beben, una copa de vino no hace daño.
¿Crees que hay que empezar a los 18 años o antes, en cuanto a enseñarles los aromas de la tierra, etc.?
Me parece una idea fantástica enseñar a los niños todos los aromas de la tierra y que puedan asociarlos al oler un vino; la vendimia, el proceso, esto es la cultura del vino.
Recuerdo que cuando de pequeño veníamos de visita a Codorníu, salíamos con una botella de benjamín de regalo y nadie pensaba que se estaba incitando al alcoholismo, llevaba la botella de benjamín a mi casa y se la bebían mis padres.
Actualmente pobre de nosotros si damos una botella de benjamín a un menor, tendríamos un grave problema.
Tendríamos que asociar a todos los jóvenes desde pequeños la gastronomía, el vino, el paisaje, los campos, la agricultura, la ganadería, etc.
¿Crees que si en el famoso programa televisivo Masterchef se incluyera el vino, el cava, dentro de él subiría el consumo, sabiendo que el público infantil se interesa ahora más que antes por la gastronomía?
Sería sacarle esta lacra de “peligroso” que se le ha colocado al mundo del vino, sería una cosa extraordinaria y una gran idea. Hecho con seriedad y disciplina.
Creo que no lo hacen por precaución, la gastronomía es muy interesante, es parte de nuestra cultura, somos un país donde las viñas son nuestro paisaje, nuestra industria, economía, se deberían hacer más talleres de este tipo. Hay que enseñar a vivir el mundo del vino.
¿Crees que la gente siente miedo ante el mundo del vino?
A veces me encuentro con momentos que ni yo entiendo muchas catas, no sabría repetir la multitud de características con las cuales han definido el vino en ese momento, el vino es para disfrutarlo y no hay que aplicar tantos tecnicismos.
Siempre que en un grupo de cata hay una persona con muchos conocimientos sobre vino cohíbe a los demás; dejan de hacer preguntas llanas, sencillas. Hay que dejar muchos tecnicismos de lado para poder escuchar al consumidor.
Para mí el consumidor final es el más importante, uno sabe si le gusta o no un vino o cava, y lo compra por sus gustos.
En la siguiente parte seguiremos hablando con Bruno Colomer de todas sus ideas y novedades amparadas en las nuevas tecnologías.
Delegada Cataluña Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino AEPEV – FIJEV.
Enóloga, Sumiller, Experta en catas, Analista de Productos Agro-alimentarios, Escritora y Poeta.
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