Viticultura de precisión (II). Satélites
Con la finalidad de mejorar la rentabilidad de cada parcela, los mapas por satélite ofrecen la posibilidad de entender mejor las causas de baja producción, ganar tiempo en la observación de las fincas, economizar los riegos, economizar los abonados e incluso optimizar la poda.
Con esta herramienta espacial, se pueden redefinir las zonas de vendimia, vendimiar cada sector en su momento óptimo de maduración, vinificar en depósitos más homogéneos, adaptar las vinificaciones a la calidad del racimo y, en consecuencia, aumentar la cifra de negocio.
La teledetección por satélite es un medio rápido, fiable y objetivo para cartografiar las grandes superficies. Las medidas son precisas y reproducibles, sin influencias de las condiciones atmosféricas o de observación. Los mapas son perfectamente georreferenciados y compatibles con los sistemas GPS y SIG. Además, los plazos de muestreo son cortos.
He hablado con David Vinué, de la empresa Geopixel. Ellos se encargan de procesar esta información telemática, en índices fáciles de asumir por el viticultor. Según cuenta, los diferentes satélites toman fotos cada 8 días, aunque a partir de mayo de 2015 se reducirá, y será cada cuatro días cuando se reciba la foto.
Una imagen digital es una sucesión de píxeles. Un pixel es la menor unidad homogénea en color que forma parte de una imagen digital. Los píxeles son los puntos de color. Por tanto, en una imagen tomada por satélite, un píxel se puede corresponder a un área. En concreto, Geopixel utiliza imágenes en donde un píxel es aproximadamente 25m2. Según Vinué, se podría llegar a píxeles de 1m2, pero prefieren trabajar con esta medida para representar mejor el viñedo.
Concreta más aún sobre este tema diciendo que la teledetección es la observación a distancia de la superficie terrestre. En donde las imágenes obtenidas por los sensores (satélites) se segmentan en diferentes bandas, correspondientes a la captación de la escena en diferentes longitudes de onda.
El análisis de la radiación electromagnética y de la relación entre la energía incidente y la reflejada por un objeto permite obtener información variada sobre la naturaleza del objeto y su estado.
Este análisis se realiza en base a las relaciones entre las respuestas espectrales de la zona estudiada en cada banda. Cada tipo de superficie tiene una respuesta característica que se refleja en su firma espectral.
El seguimiento de esta firma sobre cada área de la explotación permite determinar el estado fenológico y de vigor de la planta y así zonificar las parcelas según sus necesidades concretas.
Una muestra de ello son las figuras 1 y 2, en donde se ve una explotación. La diferencia de captura de la imagen entre ellas es de una semana, y ya se aprecia un cambio en el vigor. Las zonas redondeadas corresponden a zonas bajo nubes.
Arturo Blasco
Enólogo
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Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
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