La criatura nace muerta

La Interprofesional del Vino puede haber nacido muerta, si es que despega, porque son numerosas las críticas que se vierten desde diferentes sectores.
Que si no están los Consejos Reguladores, que si no están representadas ni Extremadura ni Castilla-La Mancha, que si la Unión de Uniones dice que es “excluyente, que si Pau Roca, secretario de la Federación Española del Vino (FEV) titula un concluyente artículo “Para qué”…
La verdad es que Roca sólo es tan concluyente en el titular de El Economista, porque en el interior argumenta que en tiempos se creó una Interprofesional del Vino de Mesa que no llegó a funcionar y dudo que esta pueda hacerlo, a pesar de los arreones del Ministerio de Agricultura. Claro que el artículo de Pau me sugiere otra pregunta, ¿por qué la federación que él representa es uno de los “socios fundadores”?
Respecto a lo de los Consejos Reguladores ya me pronuncié en esta tribuna la pasada semana, tiempo en el que he podido leer críticas feroces a los tejemanejes que se hacen en algunas de estas instituciones, tirando de la hebra de lo denunciado hace meses por Marqués de Riscal en el seno de la DO Rueda acerca de vinos de calidad que fueron descalificados y otros mediocres que recibieron el marchamo, con la destitución de uno de sus principales funcionarios de por medio.
Por el contrario, defiendo la labor de promoción y de garante del nombre de cada zona de producción que realizan los Consejos Reguladores. A pesar de que algunos de sus gestores se han adocenado durante años y sólo piensan en cómo tener menos preocupaciones, una vez que han sido tentados por los brazos de algunas de las principales bodegas que campan a sus anchas por algunos territorios.
En lo que se refiere a que no estén representadas las bodegas de Castilla-La Mancha y Extremadura, que en volumen podrían rozar el 60 por ciento de la producción, la verdad es que la comunidad manchega, que acapara más de la mitad del viñedo nacional, tiene muchas fórmulas de actuar como lobby, teniendo en cuenta que el presidente de las Cooperativas Agrarias de España es el toledano Ángel Villafranca, o que la representatividad de una de las asociaciones agrarias se la viene arrogando desde hace varios lustros el ciudadrealeño Pedro Barato. Y eso sin tener en cuenta que el infantejo Félix Solís ha sido varios años Presidente de la FEV y en la actualidad ocupa la vicepresidencia, lo que hace pensar que las fórmulas para “estar presente” son múltiples y variadas.
Lo que está claro es que el MAGRAMA debería haber evitado las prisas y las suspicacias, habiendo actuado de otra manera para que, al menos, hubiera sentado en la mesa a un amplio abanico de representantes de todos los sectores que engloba el mundo del vino y sus derivados. Más teniendo en cuenta que se les cita habitualmente en diferentes foros como el Observatorio Español del Mercado del Vino, entre otros, para tratar cuestiones no tan vitales para el devenir de nuestro amado líquido.
Hasta que el Estado no caiga en la cuenta de que tiene que apostar claramente por el vino, promocionándolo debidamente de forma genérica, potenciando su importancia en la Dieta Mediterránea y en nuestra Cultura y rechazando su identificación con los destilados, no estaremos más que dando palos de ciego. Con este contexto, figuras como la Interprofesional del Vino podrían ser tan sólo un nasciturus y la criatura podría nacer muerta sin llegar ni siquiera a ese día de vida con el que se adquieren derechos legales más concluyentes y definitivos.
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José Luis Martínez Díaz
Licenciado en CC. de la Información, miembro de la AEPEV y de la FIJEV.
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