Tregua de 4 meses para los aranceles estadounidenses de aceite y vino
La decisión de la nueva Administración norteamericana de suspender la aplicación de aranceles al vino y al aceite de oliva españoles, entre otros productos agroalimentarios, supone un alivio para dos sectores estratégicos que han visto cómo caían sus ventas como consecuencia del delirium tremens nacionalista de la era Trump.
El ya expresidente de los Estados Unidos decidió imponer sanciones a determinados países europeos, con repercusiones notables en países como España y Francia, como consecuencia del enfrentamiento en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC) por los subsidios, presuntamente ilegales, de Airbus, en el caso de Europa, y de Boeing, en el lado americano.
Los vinos tranquilos españoles han venido soportando desde el 18 de octubre de 2019 un arancel extra del 25%.
Este choque llevó a una confrontación en la que los grandes perjudicados han sido el sector agroalimentario y los consumidores americanos, que veían como disparaban sus precios algunos productos importados de España y Francia, especialmente el vino envasado con menos de 14 grados y el aceite de oliva. Los vinos tranquilos españoles han venido soportando desde el 18 de octubre de 2019 un arancel extra del 25%. Este hecho ha provocado una caída de las exportaciones del vino español del 4,5% en volumen y del 9% en valor, ya que la mayor parte de las bodegas exportadoras han tenido que absorber en su margen comercial buena parte del arancel, según datos de la Federación Española del Vino (FEV).
En el caso del aceite de oliva, los aranceles han perjudicado ostensiblemente a España que ha perdido buena parte de su cuota de ventas frente a competidores directos como Italia o Túnez. Hasta octubre de 2019, según datos del experto internacional Juan Vilar, España acaparaba el 35% de las exportaciones, por delante de Italia (32%) y Túnez (13%). Tras la imposición de aranceles, y con una cosecha extraordinaria en Túnez, Italia copa el primer lugar con el 31%, por delante de Túnez con el 25% y España con el 21%. La escasez de aceite de oliva este año a nivel mundial propiciará, de esta forma, que España, que sí cuenta con una buena cosecha y algunos stocks, pueda de nuevo retomar ese liderazgo, que se reforzaría con la caída de aranceles.
Antes de la imposición de aranceles, España acaparaba el 35% de las exportaciones a Estados Unidos; ahora el 21%, por detrás de Italia con el 31% y Túnez con el 25%.
Pero lo más importante, en estos momentos, es conseguir una vuelta a la normalidad en los intercambios comerciales, situación que sería beneficiosa para el conjunto del mercado, ya que el nacionalismo económico es más fruto de otras épocas y de regímenes totalitarios de diverso signo.
La pelota está ahora en el tejado de la nueva Administración norteamericana, así como en el de la diplomacia de la Unión Europea. Ambos deben dar signos de madurez y dejar las riñas de patio de colegio para otras épocas. Así lo han entendido otros países como China, Australia o Canadá, mientras los promotores del brexit en Reino Unido continúan llevando al país a un aislamiento económico de consecuencias graves para sus ciudadanos. Los lineales de sus supermercados y los precios de los productos agroalimentarios importados son buena muestra de ello. El aldeanismo tiene esas consecuencias.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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